En tiempos del profeta Zacarías, vino palabra al pueblo de
Israel. “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos a mí y yo me volveré a
vosotros”. La pérdida del horizonte espiritual era la consecuencia directa de
la condenación en la que había caído Jerusalén.
Conducirse con ceguera muchas veces acarrea la opacidad en
nuestro diario accionar. Ahora bien, ¿cómo dejar de lado la mirada unívoca que
tiñe de imparcialidad la toma de decisiones? Es preciso hacer un alto en
aquellas actitudes y acciones que consideramos como “dadas”, que se tornan en
incuestionables por el simple hecho de bucear en las profundidades de lo
NATURAL.
Argentina camina hoy sobre aguas turbulentas donde las mínimas
disposiciones volitivas la colocan a un lado u otro de la inserción global. Indefectiblemente
los pronunciamientos dividen aguas. El dilema crucial es comprender hacia dónde
hemos decidido naufragar.
Los acontecimientos recientes en Venezuela sacan a la luz,
una vez más, la clara ausencia de patrones democráticos en tiempos donde esta
noción ha dejado el campo de las meras aspiraciones para convertirse en una elección
indiscutible. En este sentido, pronunciarse a favor o en contra de un gobierno,
lejos de cumplir con un mero acto de protocolo, sienta una POSTURA arrojando un
resultado NO favorable para nuestro país. Aquí las palabras tienen el poder de
abrir o cerrar los horizontes de posibilidades a nivel global. Ésta y otras
tantas señales, dan cuenta en qué lado de la costa queremos estar.
Hemos sido uno de los impulsores fundamentales del proceso
de integración sudamericano y aún el Mercosur roza la delgada barrera de la
porosidad institucional.
Desde las ciencias sociales, el nuevo institucionalismo,
presenta a la historia como un proceso de cambio institucional continuo en el
que se forjan rutinas de comportamiento o reglas de juego que nacen con el
objeto de REDUCIR LA INCERTIDUMBRE en la interacción de los entes sociales que
de por sí carecen a priori de información
sobre cómo se comportarán los otros. La repetición constante de rutinas da nacimiento
a las instituciones.
Así, conforme a Douglas C. North, “las instituciones son las
reglas del juego en una sociedad o, más formalmente, los constreñimientos u
obligaciones creados por los humanos que le dan forma a la interacción…”.
La pregunta es entonces, ¿qué tipo de instituciones presenta
hoy el Mercosur y nuestro país en particular? El mayor de los problemas que nos
aqueja es la concentración de poderes en manos del Ejecutivo. La ausencia de
elecciones directas de parlamentarios del Mercosur tira por la borda el
compromiso asumido por Argentina a partir de la firma del Protocolo
Constitutivo del Parlamento del Mercosur suscripto el 9 de diciembre de 2005 en
Montevideo. Hablar hoy de Parlamento resulta una falacia por operar como Asamblea
Parlamentaria sin el poder suficiente como para elaborar leyes ya que sólo se
presentan propuestas al Consejo del Mercado Común (CMC). La nota de color la
dio Paraguay al elegir de forma directa a sus 18 congresistas para el PARLASUR.
Es preciso que el mismo asuma competencias de efectivo control tanto político como
presupuestario para fortalecer las instituciones del Mercosur.
El proceso de integración actual adolece de democratización
en su misma esencia desde el momento en que la ciudadanía mercosureña brilla
por su ausencia al no estar habilitada a votar de forma directa al órgano que
por excelencia debe velar por representar sus intereses.
Dios desató la promesa de quitar las vestiduras viles, la opresión
y el agobio de una Nación bajo la condición de volverse de sus malos caminos,
de la senda errada. Nuestro país debe replantearse hasta cuándo seguirá vestido
con harapos espirituales.
Despojarse de las vestiduras viles conlleva un precio a ser
afrontado. Argentina debe tomar una decisión para alcanzar la renovación genuina.
¿Estamos dispuestos a trazar reglas de juego desde una
conducta íntegra que den nacimiento a nuevas instituciones?
Buenos Aires, 23 de
febrero de 2014
Gretel Ledo
Analista Política
Internacional
Abogada | Politóloga |
Socióloga
Máster RRII Europa – América Latina (Università di
Bologna)
www.gretel-ledo.com.ar
2 comentarios:
¡Impecable! Felicitaciones y gracias por compartirlo
Muy bueno y coincido pero, mientras las palabras honorabilidad y virtud sigan siendo cursis, seguiremos mal. Un saludo, Eduardo Salleras
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