domingo, 20 de abril de 2008

Cuando la omisión se torna en comisión






Creó al hombre y a la mujer, y les dio esta bendición:
Quiero que llenen la tierra y la pongan bajo su dominio.
Génesis 1:27-28



Dios nos entregó la tierra para que hagamos posesión de ella. Esa dación implica cuidado, no destrucción. Juan Pablo II expresó en la Jornada Mundial de la Paz (1/01/90): "La crisis ecológica es un problema moral".

Lo cierto es que nuestro país en términos jurídicos incorporó con la reforma de 1994 uno de los derechos de tercera generación: el ambiental. El Art. 41 reza: "Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley. Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación ambientales".

Ahora bien, ¿frente a qué fenómeno nos encontramos a la hora de determinar responsabilidades por la constante emisión de humo? Organizaciones ecologistas de Rosario y Paraná aseveran que el avance de la soja ha desplazado pasturas y la zona de islas del Delta del Paraná se ha convertido en una región ganadera. Se afirma además que en el caso de Entre Ríos, el mismo Gobierno contribuyó a modificar el uso de humedales a través de la promoción del Régimen de Arrendamiento de Islas Fiscales sin medir el impacto ambiental. En diciembre de 2004 la Cámara de Diputados provincial sanciona la Ley 9603. El Art. 4 prescribe: "Los predios arrendados deberán destinarse al desarrollo de actividades ganaderas, apícolas y/o aquellos propios de proyectos de inversión para la prestación de servicios turísticos quedando prohibido el uso para la explotación agrícola intensiva que requiera la aplicación de agroquímicos o plaguicidas".

Por su parte la Ley provincial 9291 determina pautas para la quema. El Art. 14 expresa: "La destrucción de vegetación en terrenos rurales mediante el uso del fuego, sólo podrá hacerse en forma de Quemas Controladas, de acuerdo a las condiciones y requisitos establecidos en el Plan de Quema o Calendario Anual que establecerá la Autoridad de Aplicación…" y el Art. 15 reza: "Únicamente se podrá hacer uso del fuego en terrenos rurales mediante quemas controladas cuando se persiga… eliminación de residuos forestales; eliminación de rastrojos; limpieza de terrenos agrícolas o ganaderos con material leñoso para destinarlos a cultivos agropecuarios o forestales; eliminación de cualquier vegetación cuando se trate de construir, limpiar vías de comunicación, canales, cercas divisorias, etc.; limpieza de terrenos forestales que deben habilitarse para cultivos agropecuarios con fines silviculturales; control de enfermedades plagas; erradicación de especies consideradas perjudiciales". Pese a ello la situación es diversa en la zona de islas fiscales. Por contratos suscriptos entre la provincia de Entre Ríos y los arrendatarios está expresamente prohibido el desmonte, tala o quema de pastizales y todo tipo de forestación.

El interrogante surge a la hora de establecer responsables. ¿No deberían las autoridades detectar quiénes son los negligentes para rescindirles el contrato? Existen sin duda responsabilidades compartidas entre el concesionario de la autopista por la mala prestación del servicio, el Gobierno de Entre Ríos por la falta de control sobre el uso del fuego en las islas y el arrendatario del campo por las prácticas prohibidas.

Entre las propuestas de las organizaciones ecologistas está aquella que brega por una reformulación integral del proceso de arrendamiento de islas públicas en Entre Ríos a los fines de evaluar el potencial impacto ambiental conforme lo regula la Ley General del Ambiente Nº 25675. Además se busca la recategorización a nivel provincial de la zona de humedales actualmente declarada área natural protegida por ordenanza municipal de Victoria. La Ley provincial 8967 la define en su Art. 2 como "…todo espacio físico que siendo de interés científico, educativo y cultural por sus bellezas paisajísticas y sus riquezas de fauna y flora autóctonas, son objeto de especial protección y conservación, limitándose la libre intervención humana a fin de asegurar la existencia de sus elementos naturales a perpetuidad". El proyecto de ley de la Cámara entrerriana prevé dicha medida a los fines de incorporar ese ecosistema al Sistema Nacional de Áreas Protegidas por la Ley 22351.

Es preciso de todas maneras mirar cada una de las caras del prisma. La Presidenta ha dicho: "Los 297 focos son intencionales". Algunos testimonios de propietarios aseveran que ni siquiera conocen sus campos y que se trata de tierras heredadas. ¿Puede un Gobierno pensar en la mala fe? ¿Puede obrar de mala fe?

Aún no se establecieron quiénes son los responsables pero existe sin lugar a dudas una responsabilidad esencial del Estado: la vigilancia. Controlar, por el hecho de ser el mismo poder de policía constituye un rol ineludible de la Administración Pública como lo es el de velar por el bienestar general de la ciudadanía. Excusarse en la negligencia de un tercero habla de la inoperancia del funcionariado público.

Un ejemplo a tomar en cuenta es la Ley de Responsabilidad Medioambiental de España sancionada en octubre de 2007. Allí se determina la obligación de los operadores en prevenir, evitar y reparar los daños medioambientales, según lo establece el artículo 45 de la Constitución de ese país, consagrando el principio "quien contamina repara", en línea con la Directiva 2004/35/CE del Parlamento Europeo. El operador es toda persona física o jurídica, pública o privada, que desempeña una actividad económica o profesional o que la controla o tiene un poder determinante sobre su funcionamiento técnico.

En nuestro Derecho la relación Estado y protección ambiental se encuentra normada en el Preámbulo de la Constitución Argentina al mencionar "promover el bienestar general", en el Art. 41, en las atribuciones otorgadas al Congreso Nacional y en las normas constitucionales provinciales.

El punto clave es cómo se ejercen los cargos o empleos públicos. En muchos casos con total irresponsabilidad e impericia. La Carta Magna prescribe en su Art. 16 la idoneidad. Con lo cual el accionar irregular de algunos funcionarios y el daño que causan en su consecuencia, no está exento de responsabilidad. Así el Código Civil en el Art. 1112 expresamente regula la responsabilidad: "Los hechos y las omisiones de los funcionarios en el ejercicio de sus funciones, por no cumplir sino de una manera irregular las obligaciones legales que les están impuestas, son comprendidos en las disposiciones de este título". Hablamos de la responsabilidad civil derivada de los actos ilícitos que no son delitos cuando se encuentra ausente el dolo o intención. Existe la obligación de resarcir el daño, de indemnizarlo. Esta norma es aplicable también a los funcionarios públicos. Amén de ello deberá soportar mayores consecuencias quien tenga un mayor deber de obrar con prudencia y pleno conocimiento de las cosas conforme al Art. 902 Cód. Civ.

Cuando hablamos de cumplir de manera irregular una función como es la de controlar, nos enfrentamos a una responsabilidad del Estado por hechos omisivos. Se trata de ciertos hechos que adolecen de la acción debida cuando las circunstancias lo requieren. El Estado omitió llevar a cabo lo que el deber jurídico le imponía.

Marienhoff explica al abordar la responsabilidad del Estado la necesidad de recurrir a normas analógicas, principios generales del derecho y contenidos del derecho privado frente al vacío de normas en el derecho público. En este sentido, el Art. 1074 Cód. Civ. menciona la responsabilidad por omisión en tanto exista una disposición de la ley que le imponga la obligación de cumplir el hecho omitido. Sin embargo dicho autor amplía el campo de responsabilidad. No sólo es responsable cuando se atenta contra lo que prescribe la ley, sino cuando existe obligación jurídica de obrar. Esa obligación ya no la consagra únicamente la ley sino la misma razón. Son aquellas normas morales, principios éticos que justamente NO esperan del gobernante una lavada de manos al estilo Poncio Pilato, sino por el contrario, un compromiso y responsabilidad aún mayor por el hecho de dirigir los destinos de una Nación.

Ya no se trata de la mera cuestión fáctica del humo sino de la esencia misma sobre la cual descansa la MORAL PÚBLICA. Allí se asienta el enorme edificio de la República. La responsabilidad de los funcionarios hace, en este orden, al ley motiv del sistema republicano por estar obligados a servir al pueblo que los ha elegido o indirectamente nombrado; cuánto más si su mantenimiento corre a costas de la comunidad en su conjunto. En este sentido es inadmisible que la noción de servicio activo se trastrueque por la de omisión activa. Aquí la omisión se torna en comisión.

Todos, absolutamente todos, debemos velar por un ambiente sano con una ética ciudadana en mayúsculas que responsabilice tanto a gobernantes como a gobernados.

Buenos Aires, 20 de Abril de 2008.





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domingo, 13 de abril de 2008

¿Es posible hacer política sin dinero?






No hagas de las riquezas tu única meta en la vida, pues son como las águilas;
abren las alas y salen volando.
Proverbios 23:4-5



El entramado de relaciones que atraviesa hoy el tejido político da cuenta de la dificultad a la hora de establecer definiciones claras.

El Malestar en la Cultura de Sigmund Freud (1856-1939), plantea que en toda comunidad humanitaria y en toda cultura existen vínculos libidinosos que la conforman y sostienen. Vínculos de amor que reprimen los instintos de muerte y destrucción de las personas. La cultura tiene la capacidad de establecer conceptos que señalan determinados parámetros esperados de acción en los individuos. En cierta manera tiene también la osadía de construir al “otro” como un tercero ajeno al campo propio. Ese alter puede traducirse en inimicus. El “afuera” determina el marco de lo que está “adentro”. Esto se resume en la continua creación de enemigos externos.

A su vez podemos decir que esos vínculos son los necesarios para la consolidación de un gobierno. Ahora bien, ¿qué sucede cuando la construcción de lazos libidinosos hacia adentro y destructivos hacia fuera se monta en pos del dinero? ¿Qué impacto tiene en la política el rol decisivo de acumular dinero independientemente de los fines? La pregunta encierra varios pareceres, el hecho es determinar cuáles son los medios utilizados en pos de tal empresa.

La concentración de poder en ciertas ocasiones es funcional a la concentración monetaria. ¿Qué resultados puede generar la conservación desmesurada de hegemonía a los fines de acrecentar recursos materiales? Por más que la prosecución de determinados fines sea en sí misma una tarea loable es preciso indagar en los medios. ¿Es realmente más lo que se gana que aquello que se pierde?

Se corrompe la esencia de la política cuando el dinero la atraviesa en todos sus frentes arrasando con sus agentes imbuidos de lógicas perversas. ¿Qué pues orienta al actor en su accionar?

Max Weber (1864-1920) establece tres tipos ideales de acción que los traduce en tipologías de orden social. Entre ellos aborda la acción racional con arreglo a fines donde detrás existe la noción de calculabilidad a partir de la acumulación. El ingreso a la modernidad se caracteriza por la presencia de una racionalización creciente. Nace un nuevo sector social: el funcionariado. Un nuevo fenómeno se instituye como forma de dominación social estable y legal: la burocracia. Basada en normas, criterios técnicos de eficiencia y mecanismos propios se erige a sí misma como un tipo de saber que da poder. Supone un saber especializado que se negocia en el mercado. El problema nace cuando esa burocracia adquiere para sí un modus operandi bajo una lógica funcional a su reproducción que logra con éxito desplazar a la política. Estamos en presencia de una jaula de hierro traducida en dominación burocrático-legal. El elemento subjetivo cual es la creencia en la legitimidad del orden y el objetivo, la presencia de burocracia y normas positivas constituyen el andamiaje de esta gran jaula de hierro. Dominadores y dominados. El dinero es simplemente un instrumento en la política. Cuando es el instrumento de la política indudablemente la maquinaria nociva del poder acaparó la escena. El juego de lealtades e influencias opera en el campo de lo simbólico materializándose en dependencias recíprocas y pactos oscuros.

Los subsidios pueden ser leídos como una más de las tantas caras del prisma aglutinador de poder. Construir normas paralelas alejadas de las constitucionales que asignen otra explicación al elevado porcentaje confiscatorio de las retenciones sin duda ofrece un espacio considerable para la reflexión. Aquí es donde la política debe ser revitalizada para que opere el pasaje de la acción racional con arreglos a fines a una acción con arreglo a valores. Principios que dejen de lado prácticas tradicionales de aglutinamiento de poder económico para fines personales. Desgraciadamente se corroe la esencia pura de la política. Aquel arte del beneficio al prójimo. Los agentes que operan en dicha red de poder son discapacitados en términos cívicos.

Podemos ver a intendentes y gobernadores atrapados en una lógica que operacionaliza la noción “dinero”. Los estados provinciales, ¿se conducen bajo la acción deseada o bajo la acción esperada? Claro que el manejo de los fondos que centraliza el Estado Nacional coloca al minusválido Interior en una dependencia constante. Debe actuar conforme a lo solicitado traicionando quizás su lealtad con el genuino soberano: el pueblo. Allí triunfa la acción racional con arreglo a fines por encima de la acción racional con arreglo a valores.

¿Se trata entonces de indagar dónde está el nido de corrupción? Indudablemente el hombre ha puesto su corazón en las riquezas de este mundo olvidando que lo más importantes es invisible a los ojos: aquello que no perece.

Buenos Aires, 13 de Abril de 2008.


Publicaciones:
Nuevo Encuentro, http://www.nuevoencuentro.com/modules.php?name=News&file=article&sid=5730, 14/04/08
Agencia NOVA, Análisis,
http://www.agencianova.com/nota.asp?n=2008_4_15&id=49870&id_tiponota=3, 15/04/08
Diario UNO de Mendoza, Opinión. Edición impresa. Domingo 4 de Mayo de 2008
http://edimpresa.diariouno.net.ar/2008/05/04/nota179971.html

domingo, 6 de abril de 2008

La unión hace a la fuerza




Vivan siempre en armonía. Y no sean orgullosos, sino traten como iguales a la gente humilde. No se crean más inteligentes que los demás.
Romanos 12:16



Cuenta la historia que un burro se cayó a un pozo. Estuvo llorando incansablemente por horas. Su dueño intentó por todos los medios sacarlo pero finalmente pensó que el animal estaba viejo y el pozo seco. Fue entonces que decidió dejarlo allí. Invitó a sus vecinos para que lo ayudasen a arrojar tierra. Cada uno tomó una pala y comenzó a tapar el pozo. El burro al darse cuenta se desesperó y hubo un largo silencio. El dueño del animal miró al fondo del pozo y se asombró. Con cada palada, el burro se sacudía y pisaba la tierra. Así llegó hasta la superficie, pasó por encima del borde y salió trotando.

El burro es el prototipo del campo. Utilizó la misma tierra que ara día a día para elevarse y posicionarse mucho más allá de la mediocre visión gubernamental. El burro se unió a la tierra, el hombre de campo también. Demostró que la UNIDAD podía hacer frente a la tradicional receta maquiavélica que reza: “Divide y reinarás”. El punto cúlmine en las negociaciones encontró a un campo que resistió firme en sus convicciones no obstante acató el pedido de suspensión del paro. En tanto el Gobierno se ancló en la continuidad del modus operandi subsidiando.

Un subsidio en términos económicos no es nada más que una mera compensación. Se compensa algo cuando existe una pérdida o desventaja a la hora de llevar a cabo una transacción. Aquí nos encontramos con una profunda paradoja. La desventaja, ¿es genuina o creada por un tercero? Sin duda el productor ha demostrado en estos últimos años que el crecimiento del sector va viento en popa. Entonces por qué plagarlo de subsidios ficticios. La lógica perversa de quitar a través de las retenciones para luego asignar conforme a patrones burocráticos lleva en sí misma una calificación lastimosa para el campo. Se lo convierte en parásito. Aquella garrapata que se alimenta de un cuerpo ajeno en un punto revienta. Solo que en este caso el alimento lo genera el mismo campo. A una sociedad parasitaria le quitaron su dignidad, su orgullo de vivir con sus propios recursos y no de subsidios.

Afortunadamente, esta vez el hastío se topó con un campesinado sin vendas en los ojos que supo decirle “basta” a la expropiación de la renta.

El quid de la cuestión pasa por responder con qué recursos se hace política, a costa de quiénes y bajo qué lemas. Embanderarse con ideologías perimidas y legitimar políticas en pos de hacerse de fondos denota un fuerte saqueo a la noción de servicio al prójimo. ¿Por qué llevar al pequeño y mediano productor al nivel de mendigo político? ¿Por qué devolverles algo propio? ¿Por qué se anunciaron las retenciones móviles en medio de una cosecha?

Es fundamental que el Estado ocupe su rol de conciliador y equilibrador en los distintos intereses sociales. El problema surge cuando se propone metas no teniendo en cuenta los medios y, lo que es peor, tergiversando destinatarios. En los discursos son los más necesitados, pero en los hechos son los cautivos del sistema clientelar.

A este cautiverio el campo le puso plazo: treinta días. Este actor sustancial dio una profunda lección a todos. Se sirvió de las políticas erradas, de las palabras dadas para ser humillado y salió trotando. Usó la tierra y pasó de victimario a víctima. Usó la tierra y despojó su corazón del odio. Suspendió el paro y dijo sí al diálogo, al consenso. Dio más de lo que recibió.

Es tiempo que todos usemos esa tierra. El Gobierno debe aprovecharla. En estos años de bonanza económica hay que incentivar al crecimiento; no palearlo.

Es preciso “sacudirse la tierra” para crear soluciones, no problemas. Aprendamos del burro y salgamos del pozo de las pequeñeces. Pensemos en armonía y sin desigualdad, con generosidad y sin avaricia. La Patria a lo grande se forja con la tierra no contra la tierra. Porque no es un sector. Somos todos.

Buenos Aires, 6 de Abril de 2008.


Gretel Ledo
Nueva Generación Moral

Publicaciones:

Agencia NOVA, Análisis, http://www.agencianova.com/nota.asp?n=2008_4_8&id=49658&id_tiponota=3, 8/04/08
Diario 7,
http://www.diario7.com.ar/nota_completa.php?id=6610, 9/04/08

Nuevo Encuentro, http://www.nuevoencuentro.com/modules.php?name=News&file=article&sid=5614, 7/04/08

domingo, 30 de marzo de 2008

Campo o Gobierno, ¿quién da el primer paso?





Cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.
Lucas 18:14




Según la Real Academia Española, el vocablo arrogancia (del latín arrogantĭa) significa altanero, soberbio, airoso. ¿De qué clase de títulos y honores puede jactarse el gobernante sino el de ser un simple mandatario?

Bajarse primero del caballo, en ciertas ocasiones, no implica un acto de humillación sino de grandeza. Han pasado más de dos semanas. El tête à tête constante encuentra a dos actores enfrentados: campo y gobierno; no ya por el logro exitoso en la imposición de la visión propia sino mas bien por demostrar quién resiste más tiempo montado en el caballo de la elocuencia.

Con tres meses de haber asumido, el gobierno no quiere dar el brazo a torcer. Marchas y contramarchas; ausencia de policías, por temor a revivir la crisis de 2001 y violencia inusitada colocan en tela de juicio su credibilidad. ¿Se puede reprimir en forma solapada en vez de dialogar? ¿No es un acto de cobardía?

Muchas veces la clase política es la primera en ser juzgada por el simple hecho de ocupar el lugar especial de servidor público. Por ello el primer gesto de pleitesía debe nacer del gobernante hacia el gobernado. Solo así estaremos en presencia de instituciones ponderadas por encima de lo circunstancial. Es tiempo de proyectarse más allá de un simple mandato presidencial. Es hora de forjar una Nación a lo grande que no centre su atención en los hombres y sus beneficios sino en el país y sus grandezas.

Es cierto que con un estado de protesta como el del campo se hace difícil dialogar pero, ¿qué otra forma posible de expresión de descontento hubiese sido lo suficientemente eficaz como para llamar la atención del gobierno?

La clase gobernante creyó que el caudal electoral legitimaría cualquier tipo de medida. Lamentablemente el Príncipe erró en sus cálculos. Tiró demasiado de la piola haciendo caso omiso de sus consecuencias.

Los gobernados por su parte han sabido descubrir un poder que brillaba por su ausencia: el poder de la UNIDAD. Todas las federaciones agrarias se dieron cita bajo el grito unánime que dijo: “Basta de retenciones”.

El político florentino, Nicolás Maquiavelo (1469-1527) afirmaba la tesis bajo la cual el Príncipe no debía mostrar signos de debilidad. Así, el Estado sólo es libre y seguro si dispone de un ejército propio bien organizado sobre la base del reclutamiento del ciudadano. Un Príncipe no debe tener otro objeto, otro pensamiento, ni cultivar otro arte más que la guerra, el orden y la disciplina de los ejércitos. De esta manera se separa la política de la ética. Surge la política de una nueva moral: la del éxito y la eficacia en el mantenimiento del poder bajo una racionalidad de carácter estratégico encaminada a lograr con éxito la conservación del poder del Estado. La política como arte de conquista, mantenimiento y expansión del poder justifica el dominio y sometimiento del más débil por el más fuerte.

El gran problema que afronta hoy nuestro gobierno radica en concebir al campo como un enemigo y al diálogo como un fracaso propio. Aquí no se trata de intereses sectoriales sino de intereses nacionales. En el afán de acolchonar superávit fiscal se aplica un arancel confiscatorio perjudicando no ya a los ganaderos sino a la exportación en su conjunto.

Alzar una bandera contra la oligarquía encierra un grave error conceptual. Es preciso comprender que las condiciones económicas en términos internacionales son inmejorables para el mercado nacional agroexportador. En este punto es donde el campo también debe colaborar con los más desfavorecidos no a partir de su producción sino de su rentabilidad.

El dilema se presenta cuando nos retrotraemos en el tiempo. ¿Qué pasó antes del 44% de las retenciones? ¿Por qué no salió el campo en su momento? La pasividad del sector coadyuvó a generar el nivel de presión que hoy utiliza el gobierno. Ese gesto de inactividad puede ser leído como conformismo de las medidas económicas. Incluso como una denostación al sector: “ganan cada vez más, pueden pagar más”. El freno debió ponerse a tiempo. Así se hubiesen evitado los signos de violencia que estereotipan y encasillan sujetos. El campo en alguna medida permitió llegar a este punto del conflicto. Bajo el lema: “quien calla otorga” se colaboró casi en forma activa a este nivel de las retenciones.

Quienes pasan a la historia no son los arrogantes sino los más humildes. El claro ejemplo ya lo hemos visto con el General José de San Martín. Luego del encuentro en Guayaquil (1822) San Martín renuncia a todos sus cargos dejándole el camino libre a Bolívar para luchar por la Independencia. Quizás él mismo veía a Bolívar como un hombre demasiado apegado al poder. No querría empañar el fin de su batalla por un simple título. En el enfrentamiento con los realistas la propuesta sanmartiniana de unidad para derrotar al enemigo no fue bien vista por Simón Bolívar quien se niega a dar la cooperación necesaria. La victoria final exigía un solo líder. Dos ya sería un monstruo. Quien dejó su huella en la historia de forma especial fue justamente aquél que dio un paso al costado a la hora de los laureles. Ponderó por encima de todo, la emancipación de América dejando en manos de Bolívar el honor de completar la obra. Denostando la propia gloria logró demostrar que el renunciamiento muchas veces da frutos que rebelan una generosa grandeza.

Humillarse implica morir al yo interior, a aquella aspiración de vanagloria personal que impera en lo más profundo de la condición humana. El corazón sumiso no vela por la concreción de su propósito individual sino que tiene la capacidad de observar alrededor; más allá de lo urgente vela por lo necesario. Incluye una visión integral de las circunstancias, no unidimensional. En ese todo están los intereses comunes abarcativos de los particulares.

Es la oportunidad en que ambos bandos se sujeten, se humillen, dejen de ser fuerzas de choque destructivas. Sólo desapareciendo cada uno se logrará una masa armónica con una única expectativa: enrolarse en el interés nacional. Es decir, se trata de volcar los gravámenes que se acopien del interior en obras de infraestructura nacionales. Un país democrático no se divide en bandos: gobierno o campo. Es el gobierno del pueblo y para el pueblo en su conjunto. En esta “batalla” ganará quien primero se humille. Solo así se alcanzará la gloria…

Buenos Aires, 30 de Marzo de 2008.

Gretel Ledo
Nueva Generación Moral

Publicaciones:
Crónica y Análisis, Periódico On Line, http://www.cronicayanalisis.com.ar/otrasvoces.asp#446, 31/03/08
Urgente24,
http://www.urgente24.info, 31/03/08
Agencia NOVA, Opinión,
http://www.agencianova.com/nota.asp?n=2008_4_3&id=49434&id_tiponota=3, 3/04/08
Diario Buenos Aires,
http://www.diariobuenosaires.com.ar/nota2.asp?IDNoticia=23162, 3/04/08

domingo, 23 de marzo de 2008

Campo y Gobierno: Miserias compartidas




Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.
Proverbios 4:23



Muchas son las miserias que pueden acongojar al hombre pero una es la más difícil de sanar: “la espiritual”.

Nuestro país recorre rumbos encontrados. Senderos que se bifurcan en un mismo espacio de tiempo bajo un mismo escenario. Tiempos divergentes y paralelos en infinitas series dentro de una red creciente y vertiginosa. Esa trama de tiempos que se aproximan, se bifurcan o se ignoran abarca todos los mundos posibles. En este laberinto los senderos convergen en la imagen de la distorsión no del espacio sino del tiempo. El punto de desencuentro temporal habla de la ausencia de koinonia, acuerdo, unidad. Resultado: tiempos presentes sin futuro.

Hoy por hoy así se presenta el panorama nacional de confrontación permanente entre el campo y el gobierno. La balanza económica internacional posiciona al sector agroexportador en una tarima sin antecedentes históricos cercanos. Sin embargo, falta estrategia. Los enfrentamientos constantes entre actores dan cuenta de la pérdida de horizontes.

Por un lado el gobierno aplica retenciones en pos de la equidad en la redistribución de las riquezas; con ello busca la disminución de precios en el mercado interno. En tanto el campo, en jaque por la medida, no produce como antes por el cierre estrepitoso de las exportaciones.

Durante el gobierno de Rivadavia se sanciona la Ley de Enfiteusis a través de la cual, en cierta forma, se premia a quien trabaja la tierra entregándole su uso -a perpetuidad o bien a largo plazo- a cambio del pago de un canon.

Un 18 de Mayo de 1828 el Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata acuerda y decreta: “Art. 1 - Las tierras de propiedad pública cuya enajenación (…) es prohibida en todo el territorio del Estado se darán en enfiteusis durante el término, cuando menos, de veinte años (…). Art. 2- (…) pasará al Tesoro público la renta o canon (…). Art. 3 - El valor de las tierras será graduado en términos equitativos por un juri de cinco propietarios de los más inmediatos (…), o de tres en caso de no haberlos en aquel número”.

La enfiteusis ni era arrendamiento ni era propiedad. Era un sistema intermedio entre el simple arrendamiento que nosotros conocemos y la propiedad absoluta. Así, durante toda su vida, el campesino trabajaba la tierra pero no podía venderla, pues no era suya. La renta debía fijarse cada diez años sobre el valor calculado de la tierra que el enfiteuta ocupaba al momento de la valuación.

Hoy la realidad es otra. El país crece a costa del campo y no gracias al campo. Pareciese que se pena a quien trabaja la tierra y no a quien la mantiene como un recurso ocioso e improductivo. ¿Será que la necedad dirigencial impide que se dejen de lado las desavenencias sectoriales a la hora de cerrar acuerdos? Enclavarse en determinada postura en ciertas ocasiones implica radicalizar ideologías lo cual puede ser peligroso. Se torna engorroso todo avance hacia el diálogo y el acuerdo.

Es hora de mirarnos al espejo bajo un mismo espíritu autoreflexivo. ¿Hasta dónde llega mi ideario? ¿Alcanza horizontes personales o incluye anhelos colectivos? Sin duda gobernantes y productores se encuentran arrojando agua hacia su propio molino.

La tierra no es un recurso fijo del cual podamos afanarnos en términos de titularidad. Aquí no se trata de propietarios sino de meros poseedores. Quién sino Dios es el titular de dominio y qué somos nosotros sino meros administradores de sus bienes. Y, en tanto tales, debemos rendir cuentas a la hora de saldar deudas. El gobierno como mediador y árbitro propenderá al balance perfecto entre abastecimiento interno y comercialización externa en tanto los agropecuarios no velarán tan sólo por la renta sectorial.

El punto nuevamente está en la no radicalización de cosmovisiones. Como se expresa en Eclesiastés “todo tiene su tiempo debajo del sol”. Hoy es el del campo; ayer fue el de los servicios. El gobierno se ufana de los superávit gemelos, fiscal y externo, y a cambio como medida demagógica aplica fuertes retenciones. A su vez, los precios internacionales favorables colocan la mirada del campo exclusivamente hacia la exportación produciendo de esta manera el aumento de los precios en el mercado interno y, en el peor de los casos el desabastecimiento. Aquí es donde los tiempos paralelos, el del gobierno y el del campo no convergen. Viven realidades únicas sin si quiera replantearse un encuentro.

Los presentes individuales rompen con la lógica del futuro colectivo. La ausencia de unicidad en el ideario de modelo de país sin duda coloca al progreso en un permanente estado de indefensión absoluta. Inseguridad para el campo a la hora de enfrentar nuevas inversiones e incerteza en el consumidor frente al desabastecimiento. Todo ello trae como corolario una inconsistencia en la agenda gubernamental y con ello en las políticas estatales.

Este laberinto de senderos temporales a los ojos individuales pero atemporales para la Nación en su conjunto habla de un patético estado de miseria espiritual. Una miseria que corroe al país hasta los tuétanos. Un valle de huesos secos sin el espíritu de vida que llena los vacíos de una Nación. Es preciso reedificar las murallas derribadas bajo el estandarte del diálogo y el acuerdo. Para ello habrá que ceder ciertos intereses individuales para alcanzar otros de tipo colectivos.

Agropecuarios, ¿por qué afanarse de la renta que ofrece la tierra? ¿No es la tierra de todos? Gobierno, ¿por qué castigar a un sector si aporta tanto? ¿No tributa suficientes divisas?

Si no somos capaces de tener una mirada más amplia entonces la acción colectiva está siendo por entero producto y consecuencia de un sistema social anómico y enfermo que ha conseguido concretar sus fines: la suma de las individualidades se cierran para sí dejando paso a una sumatoria totalizante llamada extrañación. Se construye al otro como a un extraño.

Dejemos de lado las miserias humanas. Levantemos murallas de amor fraternal. Nuestro prójimo es nuestro próximo y el otro es la extensión de mi yo. Detengamos un instante el reloj para mirarnos frente a frente. Descubriremos que los senderos se bifurcan pero finalmente se encuentran en metas comunes que responden al cambio de nuestro corazón.

Buenos Aires, 23 de Marzo de 2008.

Publicaciones:
Agencia NOVA, Opinión,

Audio. Radio en vivo

PRISMA AM 770. Conducción: Jorge Victorero. Tema: Análisis de Política Nacional. 15-06-12 El Mirador de Cadena ECO AM 1220. Conducción: Alvaro Norro. Tema: ESTATIZACION DE YPF. Repercusiones en Europa. 07-05-12 ALGO POSITIVO AM 820. Conducción: Jorge Victorero. Tema: Energía Nuclear, Votación en los EEUU, China, Presupuesto 2009, Juicio Político a De Vido. 29-09-08 LQP AM 1220.Conducción: Yayo Hourmilougue. Tema: Reunión de Cobos con la Oposición. 24-09-08 ALGO POSITIVO AM 820. Conducción: Jorge Victorero. Tema: Proyecto de Cielos Abiertos. 11-08-08 ALGO POSITIVO AM 820. Conducción: Jorge Victorero. Tema: Rol del Congreso en relación a la reestatización de las aerolíneas y la movilidad jubilatoria. 4-08-08 ALGO POSITIVO AM 820. Conducción: Jorge Victorero. Tema: Retenciones. Promoción de producción lechera. 23-06-08 ALGO POSITIVO AM 820. Conducción: Jorge Victorero. Tema: Ley Martínez Raymonda. Sistema de cobro de las retenciones. 9-06-08 A LA LUZ DEL DIA FM 89.1. Conducción: Edgardo Aronín. Tema: Análisis del artículo “Privatismo Público y Privado”. 28-05-08 PRISMA. Varias caras de una misma realidad. AM 770 Conducción: Jorge Victorero. Tema: Imagen del Gobierno frente al conflicto con el campo. 28-05-08 Radio Internacional Miami. Conducción: Lic. Agustín Rangugni en www.radiomiami.us Tema: Análisis de la coyuntura nacional. 28-05-08 La Quinta Pata. AM 1220 Cadena Eco. Conducción: Yayo Hourmilougue. Tema: Análisis del artículo “Música. No Discursos”. 5-05-08