lunes, 12 de noviembre de 2007

Partidos Políticos en conflicto








Todo el que procure salvar su vida, la perderá;
y todo el que la pierda, la salvará.
Lucas 17:33



Los sucesivos cambios que ha afrontado el sistema político argentino desde la crisis de representación de 2001 ha colocado en tela de juicio la continuidad existencial de ciertos patrones o reglas comunes que se erigían en reguladoras de conductas partidarias.

Sin duda la balanza tradicional entre peronismo y radicalismo ha dejado de ser. Hoy desaparecieron los grandes bloques ideológicos o valorativos que distinguían pertenencias partidarias; mas bien existen “figuraciones” que pretenden ser liderazgos aglutinadores de masas cautivas.

El justicialismo se ha encausado tradicionalmente bajo la figura de un líder dominante. Peronistas, menemistas, duhaldistas, kirchneristas. La pregunta clave: ¿cuál es el genuino atractivo que permite el juego de lealtades y arreglos? ¿Las dotes sobrenaturales de carisma o el “manejo de la caja”?

Existe un circuito de reproducción perversa entre el Gobierno Central y la conducción política provincial. Las transferencias aportadas por la Nación tienen un costo directo para las provincias: la sumisión concertada. Así, la producción de una articulación basada en el apoyo político de parte de las provincias hacia la Nación a cambio de transferencias financieras o de bienes y servicios se realiza bajo la característica de concertación, acuerdo, pacto o compromiso mutuo. Una suma de dinero del presupuesto federal afectada a una provincia implica el alineamiento provincial en términos de votos en el Parlamento Nacional y apoyo en la interna partidaria al líder local promovido por el Gobierno Central. Desde lo institucional, la sobrerrepresentación de la periferia guarda una considerable influencia sobre la agenda parlamentaria del Poder Ejecutivo. Así, mientras que las provincias periféricas (Cuyo, NOA y NEA) colocan un senador cada 250 mil habitantes; las centrales (CABA, Buenos Aires, Córdoba y Santa Fé) lo hacen cada 1.800.000 habitantes con lo cual un voto en el área periférica equivale a más de siete en el centro.

La clave es la confianza acrítica en la conducción política. El estado de alienación total, la enajenación fáctica de la voluntad individual determina el grado de libertad de las provincias para negociar con la Nación. Lo preocupante es la ausencia de una masa crítica plausible que logre con éxito cuestionar la dominación tradicional.

El rol preponderante de aquellos segmentos sociales que tienen internalizados valores y conductas como ser universidades, profesionales, inversores vinculados con el mundo regional, no llega a revertir las características patrimonialistas y sultanistas que restringen el desarrollo ciudadano. La importancia que se le otorgue a la esfera pública determina la intensidad de la ciudadanía. El grado de adquisición por parte de los habitantes respecto a ciertos derechos inalienables como ser los civiles, políticos y sociales se ha ido erosionando a partir de las reiteradas demandas personalizadas de los líderes locales.

El manejo de fondos incoado desde el poder central hacia las provincias, permite a la conducción provincial la formación de una base social “fiel y abnegada” a las inclemencias temporales de turno. Esa base existe gracias a los subsidios repartidos a sectores dominantes ligados al clientelismo político.

Quizás fue esta misma lógica perversa la que coadyuvó al saqueo institucional de los partidos políticos. Primero se lo justificó a partir de la crisis de representación de 2001; ahora ¿por qué siguen en crisis? ¿Qué clivaje o conflicto social explica hoy el funcionamiento de los partidos políticos? ¿Representan los distintos intereses o se representan a sí mismos? El desafío de la clase política es resignificar lo público y lo partidario a la vez. Max Weber en Economía y Sociedad distingue dos tipos ideales de partidos políticos: aquellos “que son esencialmente organizaciones patrocinadoras de cargos cuyo objetivo consiste en llevar a sus jefes por medio de elecciones al lugar de director, para que éstos distribuyan luego cargos estatales entre su séquito. Carentes de programa propio,… inscriben postulados que suponen deben ejercer mayor fuerza de atracción entre los votantes. O bien los partidos de ideología. Se proponen la implantación de ideales de contenido político”. En tanto Almond y Powell hacen hincapié en la función social de integración y conciliación de intereses, al decir que “el partido político debe ser considerado como la estructura especializada de integración de intereses en las sociedades modernas”. Un partido cuya razón de ser radica en una figura única no existe como tal. En todo caso hablaremos de sociedad con ínfimo grado de desarrollo cívico.

Ayer eran los partidos de notables; hoy no se identifican partidos sino personalismos al punto en que muchos acceden a una banca por ser parte de una lista sábana. Ello denota la involución de la sociedad política y por qué no también de la misma sociedad civil. Se continúan legitimando patrones de profundo retraso clientelístico.

Afanarse por la vida propia es cerrar la puerta a la grandeza del amor al prójimo. La denodada búsqueda por figurar y tomar cargos son señales de la miseria espiritual en un verdadero líder. Habrá que morir al yo para que nazca el otro…



Buenos Aires, 12 de Noviembre de 2007.


Gretel Ledo
Publicaciones:
Crónica y Análisis, Periódico On Line, http://www.cronicayanalisis.com.ar/otrasvoces.asp#275, 13/11/07
Parlamentario.com,
http://parlamentario.com/correo-lectores.php, 13/11/07
Agencia NOVA, Análisis,
http://www.agencianova.com/nota.asp?n=2007_11_13&id=45697&id_tiponota=3, 13/11/07

viernes, 12 de octubre de 2007

Gobierno-Supermercados-Consumidores: Una tríada irreconciliable

Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.
Romanos 15:2

En toda comunidad organizada existen intereses contrapuestos. Cada sector o grupo social brega por lograr el cumplimiento exitoso de sus objetivos. Claro que, a su vez, tratan de convivir en un marco de respeto y diálogo permanente con las demás organizaciones para vivir en forma civilizada.

El desarrollo de una sociedad se da a partir de la maduración de ciertos tipos de patrones de conducta. Así, la negación del yo individual para dar cabida al yo colectivo implica una merma del principio de puro placer a raíz del freno que representa el mundo exterior bajo el principio de la realidad.

En el estado de naturaleza hobbesiano los individuos actúan bajo el máximo impulso individual. No existe la noción del otro como extensión de uno mismo; al contrario, prevalece la destrucción del otro para alcanzar el ascenso personal. En esa “guerra de todos contra todos” la carnalidad humana muestra sus facetas más espantosas: indiferencia, egoísmo, hasta el deseo de la muerte del prójimo. En este estadio el hombre salvaje no dialoga, impone por coacción y fuerza sus motivaciones particulares.

La sociedad civil nacerá con el pacto. Un acuerdo de voluntades que precisa resignar el uso indiscriminado de la justicia por manu propia para delegarlo en cabeza del Estado.

El orden nace en pos de una voluntad general superadora del desasosiego individual.

La situación económica actual coloca a nuestro país en un plano bifásico: por un lado, el matiz exportador llena las arcas nacionales con divisas apetecibles y, por el otro, la política interna en llamas trae aparejada consecuencias cada vez más difíciles de apagar. Se trata de un dilema clásico, beneficios aportados por un tipo de cambio alto y perjuicios concretos reportados por la inflación especulativa.

El filósofo Aristóteles aseveraba: “vivir es sobrevivir y vivir bien es vivir”. Sin duda nos quedamos en el primer tramo…

El desencuentro formidable que se suscita hoy entre los diversos sectores con el Gobierno a la cabeza hace que repensemos la noción de “sociedad organizada”.

Consumidores que se autoconvocan bajo el lema “boicot al tomate”, un Gobierno que teje “acuerdos” para frenar el agiotaje y supermercados que esconden mercadería para no cerrar en rojo sus cuentas, muestran que involucionamos en la carrera por alcanzar grandezas resaltando nuestras mediocridades.

Está claro, aún prevalecen rasgos de estado de naturaleza hobbesianos, de lucha por la supervivencia individual.

Los grandes quiebres sociales se enfrentan en primer lugar reconociendo que hay una crisis y, en segundo lugar previendo mecanismos conjuntos tendientes a solucionarla.

¿Qué ejemplo puede dar el Gobierno Nacional si aún desmiente la enfermedad del sistema económico? ¿Falló el pacto? ¿Involucionamos en el tiempo?

Si los consumidores salen a la calle para aleccionar a los supermercados, primeramente están transmitiendo un mensaje para la clase política: NO MIENTAN MÁS.

Lo interesante es el abandono de rol pasivo que está ejercitando la sociedad civil. Dejó de ser rehén político. Si todavía la temática inflación, depreciación del salario real, estafa hacia jubilaciones privadas y tenedores de títulos públicos ajustables con el CER a partir del Índice de Precios al Consumidor (IPC) no había cobrado espacio en la agenda gubernamental sin duda logró cabida en la agenda mediática.

Toda negociación es un ejercicio en que se debe resignar una cosa para obtener otra. El dilema en esta tríada irreconciliable es que el actor principal, el Gobierno, no se sienta siquiera a reconocer el estado público que ha tomado la situación inflacionaria.

Entonces se vuelve al estado primigenio: la anomia durkhemiana. Esta ausencia o degradación de reglas sociales coloca a todo el arco opositor y a la sociedad en una batalla frente a una realidad concreta que para el oficialismo se torna en ilusoria.

¿Se puede gobernar “puertas adentro de la Rosada”? Esta dicotomía encierra un peligro aún mayor: la mentira de ellos es verdad oficial naturalizada por el resto; y, la verdad de los otros es mentira cabal para ellos, entonces, los mentirosos somos todos… (para ellos)

Es la Real Academia Española la que define a la sociedad como una agrupación natural o pactada de personas, que constituyen unidad distinta de cada uno de sus individuos, con el fin de cumplir, mediante la mutua cooperación, todos o alguno de los fines de la vida.

Aristóteles en la Ética Nicomaquea indaga sobre la forma en que los hombres deben organizarse para vivir en sociedad. Se trata de normas mínimas de conducta que le indican al hombre qué hacer y cómo hacerlo. Son el fundamento del orden social.

El gran problema es la dispersión en la búsqueda por encauzar deseos individuales. ¿Dónde quedó la Nación? Este es el tema: vivimos como seres meramente amontonados, atomizados, enraizados en mundillos particulares. La sociedad como tal no existe.

Esperar de la sociedad política no siempre es la mejor opción. Es mejor partir del cambio de uno mismo. El sentido de unidad nace a partir de la asimilación del otro como componente único e indispensable para reconocer que con él se forma la sociedad ciudadana. ¿Estaremos asistiendo a la defunción de nuestra propia identidad?

Buenos Aires, 12 de Octubre de 2007.

Gretel Ledo

lunes, 10 de septiembre de 2007

¡No maten al niño!


Opinión : Arde Córdoba
¡No maten al niño!


http://www.agencianova.com/nota.asp?n=2007_9_13&id=43683&id_tiponota=3
http://www.cronicayanalisis.com.ar/otrasvoces.asp#215
http://www.agenciacomunas.com.ar/vernota2.asp?d=13&m=9&a=2007&notaid=38951
http://www.diariolarepublica.com.ar/notix/noticia.php?i=131535&f=2007-09-14
http://www.foroceintucuman.blogspot.com/

Por Gretel Ledo (*), especial para Agencia NOVA.




Jueves 13 de septiembre de 2007




El rey Salomón intervino: Una de ustedes dice “Mi hijo está vivo, y el tuyo muerto”. La otra contesta: “No, el mío es el que está vivo”. Salomón pidió una espada y ordenó que corten al niño vivo en dos mitades, y denle una mitad a cada mujer. Entonces la verdadera madre, llena de angustia gritó: “¡No maten al niño!"

Prefiero que se lo den a la otra mujer”.


1 Reyes 3:23-26



Podemos trazar un paralelo con los últimos acontecimientos electorales en Córdoba y la necesidad de contar con un niño vivo. Ese niño representa la ética, la búsqueda de la verdad, llegar a la luz. El muerto es el tipo del laissez faire, laissez passer, dejar hacer y dejar pasar. La indiferencia total al resultado final del vicio contundente en las elecciones provinciales.


Hablamos de un espíritu de verdad. Si viajamos en la historia y nos situamos en el 29 de mayo de 1969, nos encontramos con la mayor explosión social de las últimas décadas del siglo pasado: el Cordobazo. Significó un punto de inflexión en la historia política argentina. Ayer, Córdoba dio que hablar en términos positivos; hoy, da que hablar en términos negativos. Los candidatos paseándose por medios de comunicación sosteniendo su versión de los hechos, una elección escandalosa y un oficialismo cordobés que, al estilo Poncio Pilato se lava las manos frente al clamor de apertura de urnas.

Córdoba, fuente de movimientos populares que originaron cambios nacionales trascendentales, ¿está aquietada? ¿Qué pasó en sus habitantes? ¿Repudian la verdad? ¿O será que la mentira tomó un espacio más grande que la movilización social? Es preciso recuperar el sentido ético del acto eleccionario cuyo componente básico ha de ser la transparencia.


Abrir las urnas es desmantelar todo artilugio que, a partir de la incertidumbre, derriba la legitimidad de un gobierno. Así el sociólogo alemán Max Weber (1864-1920) al indagar acerca del por qué se obedece, toma dos nociones: legalidad y legitimidad. Un gobierno puede ser legal pero no alcanza el grado de legitimidad necesario para que llegue a feliz término. La legitimidad está ligada a la creencia. La visión weberiana se compone de dos elementos: uno subjetivo, cual es la creencia en la legitimidad del orden y otro objetivo, o sea, la presencia de normas positivas. Existen tres tipos puros de dominación legítima: la racional legal donde se cree en las leyes estatuidas y en la autoridad que de allí surge -autoridad legal-; la tradicional con creencias en costumbres pasadas y en las personas que las ponen en práctica –autoridad tradicional- y por último la carismática. Aquí, se obedece a un individuo con características fuera de lo común por razones de confianza personal –autoridad carismática-.

Si la creencia en las leyes estatuidas se ve franqueada por el accionar oscuro del recuento de votos, la legitimidad ha sido saqueada. La no apertura de urnas tiñe la elección de ilegítima quitándole apoyo popular al gobierno que asuma en estas condiciones.


Por su parte, ambos candidatos, Juan Schiaretti y Luis Juez con la permanente aparición mediática en Buenos Aires buscan escapar del camino que conlleva a soluciones desde su propia provincia. Muestran así una inseguridad latente como contracara al fracaso en sus políticas de convencimiento hacia los cordobeses. Hay dos rumbos: carecen del respaldo popular o bien se ha tornado en una problemática que concierne exclusivamente al fuero de la sociedad política donde la sociedad civil en calidad de ajena observa como tercero excluido. De darse esta última opción, indudablemente la tarea de los políticos no es lo suficientemente exitosa como para generar el denuedo necesario en la ciudadanía que modifique el escenario postelectoral a partir de su accionar directo.

Las movilizaciones del Cordobazo originaron un hito en nuestra historia. La crisis de 2001 sacó a la calle a una sociedad que al estilo toma de la Bastilla “decapitó” un gobierno. ¿Qué pasa con la sociedad?, ¿apatía?, ¿transformación de ciudadanos activos en habitantes pasivos?


La verdadera madre frente a la opción de cortar al niño y quedarse con un pedazo prefirió mantenerlo vivo en brazos de la impostora. La polémica acerca de quién es el niño vivo, o sea, de quién es el triunfo electoral terminó dilucidándose no precisamente frente a la justicia sino entre los mismos actores sociales que tomaron cartas en el asunto. Por lo tanto, antes de llegar a la instancia de la justicia, deben los candidatos de común acuerdo decidir la apertura de urnas. Quien se arroga el triunfo y está totalmente convencido de ello no encontraría objeción alguna a dar paso a la demanda de esclarecimiento.


Desde el gobierno central se pretende instaurar el gran Kambio: las urnas deben permanecer cerradas para no modificar una situación “dada”. En este sentido, Córdoba ha sido su alumno ejemplar.


Es Córdoba, el corazón de nuestro país, la encargada de abrir las urnas para que el niño no muera…



(*) Abogada – Politóloga -Asesora Parlamentaria

lunes, 18 de junio de 2007

Del Pellegrini con todas las letras

http://parlamentario.com/articulo-974.html

Si dos personas andan juntas, es porque están de acuerdo.

Amós 3:3

Ingresar a la Escuela Superior de Comercio “Carlos Pellegrini” se asimila al acuerdo reinante entre padres e hijos. Es un desafío no solo para el alumno sino para todo el núcleo familiar. No se trata de la elección de un simple secundario sino de un proyecto de vida que moldea sujetos con un carácter definido bajo un ideario cultural que supera a la media.

Muchos toman la decisión a los diez años y comienzan a prepararse a los once. Un curso de ingreso cuyos contenidos no pasan por la cabeza de un niño común de doce años que vive su infancia holgadamente. El camino a recorrer nace en el seno de la familia. Es, ni más ni menos un contrato, un acuerdo de voluntades entre los padres y los hijos donde se dejan de lado las jerarquías funcionales. El esfuerzo es compartido, los sacrificios señalan el horizonte: ser parte del mínimo porcentaje de los ingresantes a un colegio pre-universitario. En este pacto los hijos asumen nuevas responsabilidades y crecen de golpe. Los padres mueren a su “yo” para dejar paso al “otro”, su hijo. Es más cómodo enviarlo a un secundario tradicional donde los padres depositan toda su “carga educativa” en la escuela. En el Pellegrini no es el caso. Sin el sustento psíquico y moral de los padres, el alumno no puede sobrellevar semejante ingreso.

Cruzar de golpe la barrera de la infancia con un curso de ingreso exigidísimo hace comprender la actitud de los padres hoy frente a la toma del colegio. Sigue la misma lógica: el diálogo permanente. Eso es justamente a lo que propende la institución. Una actitud comprometida y no deslindada de los padres hacia la educación de sus hijos. No todos comprenden los lazos sociales que se tejen en las familias gracias al colegio. El Pellegrini y el Nacional de Buenos Aires no son simples secundarios. Los planes de estudio superan con creces a cualquiera de ellos. Los exámenes son a nivel universitario y la preparación de un alumno de primer año puede ser equiparada a una de tercero de un secundario tradicional. Durante cinco o seis años (para quienes hacen el ingreso a la Universidad), padres y alumnos unidos en un plano de igualdad participan de la formación intelectual.

Las distintas posiciones que asumen padres y alumnos frente a la designación del nuevo rector obedecen en términos del sociólogo francés Pierre Bourdieu (1930-2002), a los hábitus del campo, cual es el colegio. En el campo hay fuerzas en conflicto por lograr la apropiación de su sentido. Lo que está en juego es la capacidad de conferirle un sentido particular, de construir un relato acerca del mundo y naturalizarlo. En esta lucha por redefinir el campo están quienes bregan por la imposición jerárquica y quienes profesan el diálogo y el consenso. El hábitus de formación del Pellegrini deja sentado un esquema de percepción, pensamiento y acción que se introyecta en el sujeto a los 12 años caracterizado por el diálogo. En esta lógica, claro está, padres y docentes se unen.

La familia en estos colegios pre-universitarios cuenta con un “plus adicional”: la unidad incondicional y el apoyo total entre padres e hijos.

El juicio crítico, la capacidad de observación y análisis escapa al modelo conservador de enseñanza. Por ello, pretender con éxito un diagnóstico sobre el escenario actual del Carlos Pellegrini sin haber sido parte de su historia genera una mirada parcial cargada de un sentido simbólico ajeno al verdadero espíritu que dio nacimiento a semejante institución.

He pasado por esas aulas; he compartido cada una de las vivencias estudiantiles. La formación del colegio me ha permitido realizar el ingreso a dos carreras universitarias en forma simultánea durante el quinto año a la vez de ser abanderada por promedio. Hoy, ya siendo profesional estoy finalizando una tercer carrera: Sociología. Observo desde afuera el daño que está causando la vaguedad periodística.

Es tiempo de establecer distancias. Es hora de comprender que someter al Pellegrini bajo la lógica de funcionamiento tradicional del sistema educativo es desacertado. Es preciso hablar con conocimiento de causa.

Buenos Aires, 18 de Junio de 2007.

Gretel Ledo

Abogada en Derecho Administrativo

Politóloga en Estado, Administración

y Políticas Públicas

Asesora Parlamentaria

gretel.ledo@gmail.com

http://ledogretel.blogspot.com/

www.conexion13.com.ar

miércoles, 11 de abril de 2007

Temor por partida doble

http://agroparlamento.com/


El rey de Egipto tuvo un sueño: “... del río salían siete vacas gordas ... Luego otras siete vacas flacas ... Y de repente, ¡las flacas se comieron a las gordas!”... José le dijo al rey: “Dios le ha hecho saber a usted lo que piensa hacer ... Egipto va a tener siete años de abundantes cosechas, pero después vendrán siete años en que no habrá qué comer ... Le sugiero que busque a alguien muy sabio e inteligente ... que recoja la quinta parte de las cosechas durante los siete años de abundancia”.

Génesis 41:1-34




José fue sin duda un estadista, pero no uno común sino un visionario que se dejó guiar por Dios.

Los ciclos económicos de un país pueden ser comparables con los de la siembra en el campo. Por momentos las lluvias abundantes propician generosas cosechas y, en otros tiempos, las sequías arruinan los planes del sembrador. Claro está que la sabiduría reside en la administración de los frutos tanto en periodos de prosperidad como en lapsos de escasez. Eso llevó a que José se convirtiera en la mano derecha del faraón de Egipto. Podía hacer y deshacer, comprar y vender todo lo que quisiera. Se le delegó autoridad sobre todo Egipto por debajo del faraón. Su buen testimonio se recompensó a través de la confianza.

Argentina transita tiempos de “bonanza económica”: balanza de pagos superavitaria con niveles de exportación pujantes. Ahora bien, ¿cuál es la verdadera preocupación del Gobierno? ¿Balances macroeconómicos impecables o el bolsillo del consumidor?

La inflación es una especie de peste que amenaza permanentemente en el recuerdo constante de todo argentino. Corría 1989 con una hiperinflación galopante. El protagonismo infaltable de los precios de góndola era acreditado por el temor de la época.

Ayer, el Gobierno no supo qué hacer. El agiotaje (especulación abusiva, del italiano aggio) fue usufructuado por los comerciantes y no pudo ser manejado por el Ejecutivo de turno. Hoy, viajamos en el tiempo. Traemos el temor del pasado convalidado por acuerdos de precios frustrados.

Recientemente un estudio ha relevado los precios de 31 supermercados de Capital para determinar cuál es el valor de la canasta básica alimentaria de marzo. Se trata de 52 productos de los cuales 48 son comestibles y 4 de higiene. Comparando el monto total con el del mes anterior obtenemos un Índice de Precios al Consumidor (IPC) del 4%. Sin duda la inflación dista de la anhelada por el Gobierno.

Detrás de estos números se asoma un panorama aún más desolador: productos con falta de stock. Encabezan la lista los lácteos, le siguen el aceite y el pescado.

Aquí es donde podemos hacer un alto para analizar las causas. Los acuerdos no funcionaron. Funcionó el temor. Los supermercados temen al Gobierno y al consumidor a la vez. Atinan al uso y abuso de la especulación. Lo visible: ausencia en góndola. Lo invisible: acumular mercadería para sacarla a la venta a un precio más elevado debido a la carencia de oferta en el mercado. ¿Escasez especulada? ¿Bajo qué motivo? ¿Temor o aprovechamiento?

Una vez más la ingenua teoría del control omnipotente que reza el Estado sobre el mercado se ve desplomada por circunstancias cotidianas.

Los controles llevan actores al escenario ligados entre sí. En nuestro país se acostumbra asignar culpables colectivos frente a errores individuales. Los supermercadistas azotan a los proveedores, los proveedores a los productores y así un sinfín de eslabones. ¿Hasta cuándo la obra proyectada carecerá de koinonia? ¿Cuándo operará la madurez necesaria para dejar de lado actitudes ventajistas?

La viveza criolla del rédito personal desplaza al horizonte cada vez más lejano de prosperidad nacional.

¿Seremos capaces de afrontar nuestros temores con la grandeza suficiente para derribar pequeñeces? ¿O estamos esperando la llegada de José para dilucidar si nos encontramos en el tiempo de las vacas flacas o las vacas gordas?


Buenos Aires, 10 de Abril de 2007.


Gretel Ledo

lunes, 26 de febrero de 2007

Pacta Sunt Servanda

Edición impresa. Opinión. Domingo 4 de Marzo de 2007
http://www.lanacion.com.ar/888411



Lo que se ha pactado obliga

Por Gretel Ledo Para LA NACION

Si un gobernante atiende la palabra mentirosa,
todos sus servidores serán impíos.
Proverbios 29:12




Diversas fuerzas en conflicto inevitable coronan a la personalidad de todo hombre: el ello, el yo y el superyó. El ello comprende todo lo que se hereda o está presente al nacer. Opera conforme al principio del placer desconociendo las demandas de la realidad. El inconsciente es el escenario donde se desarrolla representando impulsos, necesidades y deseos básicos. Es en palabras de Sigmund Freud (1856-1939), “el motor del pensamiento y el comportamiento humano”. En este plano se desenvuelven las contradicciones.

En tanto el superyó o superego contrarresta al ello. Representa los pensamientos morales y éticos. Está conformado por la conciencia y el ideal del yo. Es aquella representación trazada en torno al “deber ser”.

El yo o ego es esa especie de “interlocutor válido” entre dos mundos: el ello cargado de deseos, y el superyó cargado de exigencias. Pone en ejercicio la personalidad.

Cuando una de las fuerzas de la personalidad prepondera sobre otra opera un trastorno en el sujeto. Está siendo víctima de una lucha interna.

El uso y abuso de la totalidad de los instintos reprimidos que se traslucen en el principio del placer fueron el espíritu del acuerdo que implicó la encubierta intervención del INDEC.

En estos términos, la cifra del INDEC ¿fue pactada? Un pacto de confianza mutua que terminó invalidándose. ¿Es el ello el que prepondera en su afán de amaniatar el poder ?

Del Código Civil en su Art. 1197 se desprende que: “Las convenciones hechas en los contratos forman para las partes una regla a la cual deben someterse como a la ley misma”. Todo se traduce en: lo pactado obliga, pacta sunt servanda.

Lo cierto es que en el caso in examine, el espíritu grotesco del pacto salió a la luz: se sembró mentira y se cosechó vergüenza.

Es nuestro derecho el que expone en su Art. 1198 C.C. el principio de la buena fe en la celebración, interpretación y ejecución de los contratos. Gobierno e INDEC, ¿tuvieron en cuenta la buena fe al momento de pactar? Números dibujados cargados de capital simbólico. Aquel poder, en palabras de Pierre Bourdieu, capaz de construir el espacio social incluyendo a sus actores. Parecía ser inverosímil a los ojos de la ciudadanía, pero no lo fue.

Para Bourdieu la dominación tiene siempre una dimensión simbólica, y los actos de sumisión, de obediencia, son actos de conocimiento y reconocimiento aplicables a las estructuras sociales. El Estado impone simbólicamente visiones a partir de construcciones sociales que se manifiestan en diversos campos, uno de ellos es el económico.

El Gobierno se sirve del monopolio de la violencia simbólica condicionándonos y moldeándonos a su conveniencia para poder conservarse a través de imposiciones y disciplinas. Disciplinas que utilizan agresiones comunicacionales como “extorsión corporativa”. Así tildó el Gobierno el actuar de los agentes del INDEC que, por cierto, resultaron funcionales a la lógica de perpetuidad unidimensional discursiva. La legitimidad del poder es inconsciente.

La visión totalizadora de los hechos, de los números, de las prácticas denotan la exacerbación del ello. Un mundo cargado de deseos. Quienes acuerdan con el poder conocen su trastienda.

Unos pactan por temor. Otros por avaricia de poder desenfrenada. Dos actores en un mismo escenario: la turbación nacional...


La autora es Abogada en Derecho Administrativo y Politicóloga.

Audio. Radio en vivo

PRISMA AM 770. Conducción: Jorge Victorero. Tema: Análisis de Política Nacional. 15-06-12 El Mirador de Cadena ECO AM 1220. Conducción: Alvaro Norro. Tema: ESTATIZACION DE YPF. Repercusiones en Europa. 07-05-12 ALGO POSITIVO AM 820. Conducción: Jorge Victorero. Tema: Energía Nuclear, Votación en los EEUU, China, Presupuesto 2009, Juicio Político a De Vido. 29-09-08 LQP AM 1220.Conducción: Yayo Hourmilougue. Tema: Reunión de Cobos con la Oposición. 24-09-08 ALGO POSITIVO AM 820. Conducción: Jorge Victorero. Tema: Proyecto de Cielos Abiertos. 11-08-08 ALGO POSITIVO AM 820. Conducción: Jorge Victorero. Tema: Rol del Congreso en relación a la reestatización de las aerolíneas y la movilidad jubilatoria. 4-08-08 ALGO POSITIVO AM 820. Conducción: Jorge Victorero. Tema: Retenciones. Promoción de producción lechera. 23-06-08 ALGO POSITIVO AM 820. Conducción: Jorge Victorero. Tema: Ley Martínez Raymonda. Sistema de cobro de las retenciones. 9-06-08 A LA LUZ DEL DIA FM 89.1. Conducción: Edgardo Aronín. Tema: Análisis del artículo “Privatismo Público y Privado”. 28-05-08 PRISMA. Varias caras de una misma realidad. AM 770 Conducción: Jorge Victorero. Tema: Imagen del Gobierno frente al conflicto con el campo. 28-05-08 Radio Internacional Miami. Conducción: Lic. Agustín Rangugni en www.radiomiami.us Tema: Análisis de la coyuntura nacional. 28-05-08 La Quinta Pata. AM 1220 Cadena Eco. Conducción: Yayo Hourmilougue. Tema: Análisis del artículo “Música. No Discursos”. 5-05-08