“Tra il dire e il fare c’è di mezzo il mare”
Asistimos a tiempos convulsionados en la Argentina. La situación económica dista notoriamente de las ventajas internacionales que se presentaron el año pasado. Sumado a ello los indicadores de pobreza e indigencia dan cuenta de porosidades en el modelo social actual.
La retracción en el consumo, la crisis del campo, la permanente oleada de la inseguridad son otros de los ejes a ser considerados todos ellos en este año electoral.
Los niveles de confianza en el gobierno han ido cayendo estrepitosamente desde el año pasado. Las lealtades políticas han dado un paso al costado en medio del debate por las retenciones al sector agrícola-ganadero. Paradójicamente el recrudecimiento de las negociaciones entre el campo y el gobierno coadyuvó a fortalecer la institucionalidad del Parlamento.
En este contexto gobernadores, intendentes, senadores y diputados están evaluando los costos de permanecer junto a un gobierno que se encuentra ya en su ocaso. Las épocas de bonanza económica bajo un piloto automático han dado sus últimos coletazos en el primer semestre del año pasado con los precios internacionales de la soja, pero en vez de actuar con sabiduría y previsión se actuó con torpeza y despilfarro. Frenar el crecimiento económico vemos hoy que lleva al costo político a un status demasiado elevado para revertirlo a tiempo. Se prevé para este año disminuir el gasto público. Lo cierto es que en un año electoral se torna casi impracticable.
El desastre de Tartagal obligó al gobierno a aumentar el presupuesto de acción social en más de un 600%. ¿Por qué? La negligencia de postergar lo impostergable. De anunciar convenios en 2006 para llevar a cabo obras públicas que pasaron al olvido de los dirigentes, no así de la sociedad. Las situaciones por momentos desbordan no sólo al imaginario social sino a las propias agendas de la clase gobernante.
Hoy por hoy el Interior siente un abismo entre las políticas que se digitan desde Nación y las que finalmente llegan a sus provincias. Hablamos de la mayor fuente de generación de riquezas y a la vez de la expoliada por el poder central. Un país federal potencia talentos regionales, planifica con todos y cada uno de los sectores políticos y sociales sentados en una misma mesa de igualdad y respeto. Permite que cada gobierno local maneje sus propios recursos ejecutando aquellas políticas acordes a sus necesidades.
La libertad es el bien más preciado que habla de la construcción de la unidad. Un Ejecutivo fuerte no implica necesariamente mayoría calificada y quórum propio en las cámaras ni mayoría automática en el Poder Judicial. Por el contrario implica consensos, no imposiciones; implica diálogos, no monólogos. Una comunicación eficaz cuenta con un emisor y un receptor que interactúan donde la decodificación del mensaje permite entender que sin lugar a dudas existió entendimiento.
Bajo este análisis el oficialismo está intentando retener para sí las lealtades mientras la oposición construye alianzas. Muchos consideran que ya se encuentra perimida la clásica distinción entre izquierda y derecha. Pese a ello los hechos hablan de dos polos bien diferenciados. Por un lado, un centro izquierda que avanza aglutinando a la Coalición Cívica, la Unión Cívica Radical, el Socialismo y el Cobismo y por el otro, un centro derecha con Macri-Solá-De Narváez. Cada partido por separado es consciente que no logrará sumar la suficiente cantidad de votos como para arrastrar a un gran número de electores. Por ello las alianzas.
Ahora bien, la memoria ciudadana sobre lo que resultó la Alianza en nuestro país aún flota en el ambiente. Plataformas que se crean para una ocasión específica, figuras que provienen de distintos partidos políticos y proyectos que se arman sin la antelación suficiente que daría cuenta de la preponderancia de los contenidos en vez de las formas. Dos caras de una misma moneda: la certeza de que es UNA la fórmula electoral y la incertidumbre de que son VARIAS las aspiraciones personales. Un mismo barco tripulado por varios capitanes al mando que no aseguran el arribo a buen puerto. Pareciese toda una ironía. Al igual que los encuentros navideños donde toda la parentela se junta alrededor de una mesa sin haberse visto durante todo el año y sin saber siquiera qué celebran. La excusa perfecta es la fecha de la fiesta. Unidos por tradición, porque todos lo hacen.
Todos hacen lo mismo: tejen alianza en torno a un horizonte llamado Octubre. ¿Con cuánta antelación vienen trabajando juntos? ¿Cuántas propuestas cruzaron sobre el modelo de país que pretenden gestar? ¿Se pueden construir alianzas, foto de por medio, con cuatro o cinco ejes? ¿Qué seriedad pide la oposición al gobierno si ni siquiera da el ejemplo?
Buenos Aires, 15 de Febrero de 2009.
Gretel Ledo
Publicaciones
New Politic, http://www.newpolitic.com/layouts/home_news_display.jsp?id=8852, 15/02/09
Revista Cuarto Intermedio, Opinión, http://www.cuartointermedio.com.ar/opinion/alianzas-electorales.html, 19/02/09
Multimediosprisma.com, Informes y Columnistas, http://multimediosprisma.com/info/2009/03/16/alianzas-de-navidad/, 16/03/09
El Censor del Oeste, Censuario. Tapa, Marzo 2009
Revista Cuarto Intermedio, Opinión, http://www.cuartointermedio.com.ar/opinion/alianzas-electorales.html, 19/02/09
Multimediosprisma.com, Informes y Columnistas, http://multimediosprisma.com/info/2009/03/16/alianzas-de-navidad/, 16/03/09
El Censor del Oeste, Censuario. Tapa, Marzo 2009
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