ANALISIS POLITICO
En LA GACETA DE TUCUMAN
Domingo 23 de junio de 2013
El lanzamiento de Sergio Massa cambia todo el escenario
político nacional. La aparición, como candidato, del actual intendente de Tigre
pone en discusión la sucesión presidencial de 2015, con dos años de
anticipación. Además, asienta su mensaje en un discurso que trata de rescatar
lo mejor de la gestión kirchnerista y le agrega, como elemento diferencial, una
suerte de convocatoria a la unión nacional. Y ese mismo discurso es el que
genera una complicación al oficialismo que lidera la presidenta Cristina Fernández...
Massa es, hoy por hoy, el dirigente mejor evaluado de la
Argentina dentro de las encuestas de opinión. Todos los sondeos lo muestran
como el ganador, por encima del oficialista Frente para la Victoria y también
por arriba de Francisco de Narváez.
Es posible que en el interior del país no se perciba este
fenómeno político, pero está muy claro que Massa está abriendo un espacio
distinto. No hay que perder de vista que, a nivel nacional, el Frente para la
Victoria es electoralmente fuerte por su estructura, pero casi el 40% de los
votos está en la provincia de Buenos Aires, con todo lo que ello implica. En el
principal distrito argentino, el oficialismo había cosechado hasta un 56%, pero
esa fortaleza electoral se ha debilitado.
Así, el oficialismo tiene dos oposiciones: una interna y
otra externa. Esta última se plantea, básicamente, alrededor del radicalismo,
el socialismo y sus aliados...
En cambio, la oposición interna del Frente para la Victoria
adquiere fortaleza y pone al oficialismo en un escenario casi similar al de
2009. Daniel Scioli no jugará por fuera. No veo al gobernador bonaerense
enfrentando a Cristina. En suma, la elección de 2013 es como una discusión
sobre el modelo de país que quieren los argentinos; la de 2015 será la de la
sucesión, pero montada aún dentro del peronismo. La candidatura actual de Massa
muestra eso, pero hay que ver qué destino final tiene. Hay mucha potencialidad
y dependerá de cómo estructure su discurso para intentar galvanizar a un sector
importante de la población argentina. Pero, las campañas son las campañas.
La capacidad de su gestión se observa cuando cualquier
ciudadano recorre el municipio de Tigre. Sergio Massa es la figura inesperada
de esta arena política argentina. Y el oficialismo lo está considerando con
cierto temor, porque no puede llegar a colocar, en la misma altura, a cualquier
otro dirigente que sea capaz de sostener una contraposición a ese modelo de
gestión. Massa ya se ha convertido en un presidenciable con vistas a 2015.
Y esta elección adquiere un ribete particular, casi decisivo
y crucial para el Gobierno que va a dejar entrever sus hilachas. La ciudadanía
ha dejado por sentado que no quiere más confrontaciones y que este modelo no es
sustentable, que se contradice demasiado. El oficialismo, con Cristina
Fernández a la cabeza, va a perder muchos soldados en esta elección
parlamentaria.
Esto, además, marca una cuota de fragilidad, ya que deberá
definir cómo encara los dos años que le quedan de gestión, que ha perdido
credibilidad. La Argentina está fuera de la agenda económica internacional; los
inversores vislumbran que no tienen seguridad jurídica. Desde el exterior se
percibe que la Argentina sólo gobierna puertas adentro. El Gobierno nacional
aún tiene la posibilidad de dar un giro de 180 grados para que aquellas
percepciones se modifiquen. De otra manera, hay que considerar que el candidato
seguro para 2015 tiene nombre y apellido: Sergio Massa.
El resto de los postulantes, los opositores, están muy
dispersos. Mauricio Macri está tratando de gestionar la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, pero al PRO le resulta difícil romper el vallado que lo
transporte más allá de la ciudad.
El resto de los partidos no creo que salga bien posicionado.
Y esto le cabe tanto a la UCR como al socialismo. Creo que todo se dirime
dentro del oficialismo y la alternativa de cambio está hoy dentro del
peronismo. En ese contexto, es muy difícil que emerja otro postulante que le
haga fuerza al oficialismo. El kirchnerismo tiene dos años más de chances para
cambiar su historia de confrontaciones.
2 comentarios:
Excelente artículo. Gracias por enviarlo.
Comparto que el eje pasará por el lado de no más confrontación, pero seguramente se mirará hacia adentro del oficialismo o algo que salga desde ahí, ya que la percepción es que de otra manera Argentina es ingobernable.
Saludos
DIP. PABLO ITURRALDE - URUGUAY
Estimado Pablo,
Muchas gracias por sus apreciaciones. Coincido que aún la oposición no presenta un camino claro para la ciudadanía. Habrá que dejar de lado las individualidades.
Abrazo,
Gretel
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