viernes, 23 de mayo de 2008

Privatismo Público y Privado






Alguien grita en el desierto: Prepárenle el camino al Señor.
¡Ábranle paso! ¡Que no encuentre estorbos!
Mateo 3:3



Han pasado poco más de cinco meses desde la asunción del nuevo Gobierno. Lo cierto es que el barco ya no navega como antes. Proa al viento encierra una serie de conjeturas que dan cuenta de la fragilidad en la imagen presidencial.

Los cuestionamientos vienen suscitándose desde 2003 pero la oleada de crisis recurrente ha colocado en tela de juicio la idoneidad del servidor público a la hora de enfrentar la escalada de voces que se alzan en medio de un maremagnun de demandas crecientes.

La crisis energética, la inflación real, nuevos pobres y nuevos ricos, la coparticipación federal, la debilidad institucional del Congreso, la injerencia del Ejecutivo en el Poder Judicial y en fin, el quiebre de los frenos y contrapesos en materia de contralor institucional son algunos de los temas que circulan paradójicamente en la agenda mediática, no así en la gubernamental. Aquí cabe hacer un parate para preguntarse si todo aquello que permanecía etéreo, suspendido en una atmósfera de condicionamientos, emergió con un sector que pasaba desapercibido por todos: el campo.

Sin lugar a dudas el hombre agropecuario logró erigirse en estos últimos tiempos en un Juan el Bautista como una voz que clama en el desierto. No por cierto la venida del Salvador pero sí la de una salvación colectiva: emerger de la ceguera sistémica.

Jürgen Habermas concibe la noción de crisis asociándola con la Teoría de Sistemas. “Las crisis surgen cuando la estructura de un sistema de sociedad admite menos posibilidades de resolver problemas que las requeridas para su conservación…son perturbaciones que atacan la integración sistémica”. Amenazan aquello que está en juego: la integración social. La base de consenso está tan dañada al punto tal de tornar a la sociedad en anómica. Los miembros de la sociedad sienten amenazada su identidad social. Esta crisis de identidad está ligada a los problemas de autogobierno. Frente a ello el Estado se ve obligado a amortiguar los efectos sistémicos producidos por el sistema económico a través de medidas compensatorias (incentivos, subsidios) para evitar el levantamiento de masas que cuestionaría el principio de organización conllevando a una crisis de identidad.

El Estado funciona como un mecanismo regulador del mercado manteniendo la crisis en estado latente, contenido. Así, cuando los sistemas no pueden contener los problemas que atacan su supervivencia, pierden la capacidad de control dando origen a una crisis sistémica. Ahora bien, en el afán de resolver el problema, las crisis sistémicas pueden desplazarse a otro sistema. De esta manera, el Gobierno evita la pérdida de lealtad difusa de masas.

Hoy por hoy, el Ejecutivo da señales contundentes de una incapacidad creciente para dar cuenta de los inputs traducidos en demandas sociales generando en consecuencia una crisis de racionalidad que opera bajo el ropaje de crisis sistémica del Estado.

¿Cómo hacer para que esa crisis no se convierta en crisis de lealtad de masas? Entre los mecanismos podemos mencionar: a- la capacidad del sistema político-organizativo de operar sobre aquellos sectores que tiene mayor grado de conflictividad social y b- el privatismo público. Este último es la denominada “democracia formal”, vale decir, reducir a una mínima expresión (voto) la participación de los sectores populares formalizándose así la política y restando participación. El privatismo público es alentado por el Estado en la práctica del ocio y el consumo acentuando la individuación creando intereses individuales y no políticos.

El Gobierno ha adoptado la segunda opción: el PRIVATISMO PÚBLICO. Enfrentar al campo con el resto de los argentinos como si el primero no lo fuese encierra una maquinación inventiva de intereses individuales ficticios. El otro, el campo VS nosotros, el pueblo. Intereses sectoriales VS intereses nacionales. ¿Corporativismo privado VS corporativismo público? La lucha fundamental es una: la apropiación de la renta. Pero, la diferencia también es una: renta propia y renta ajena. Es decir mientras el campo brega por recuperar lo propio, el Gobierno lo hace por manejar lo ajeno. Aquí no se discute el rol regulador y distribucionista. Sí cómo y a quiénes se reparte ese ingreso. No existe una explicación racional compatible entre el caudal electoral cosechado en 2007 y la imagen actual en picada.

Noción de Nación



Otro de los ejes que se encuentra detrás del conflicto con la consecuente caída de imagen positiva del Gobierno es cómo se concibe la Nación. La puja discursiva se plasma en torno a resolver el interrogante: ¿dónde está verdaderamente la Nación?, ¿en el Gobierno o en el campo? A lo largo de estos días hemos visto la apelación a los “argentinos” que se configuran como un “nosotros clase trabajadora”. Así el campo se autoposiciona como símbolo de argentinidad por el hecho de constituirse en el proveedor económico que permitió al país emerger de la crisis en que estaba. En este sentido Theodor Adorno (1903-1969) en su escrito “¿Qué es alemán?” propone al campesinado como el alemán auténtico por estar conectado con la tierra, alejado de la intelectualización de la vida cotidiana.

La relación estrecha entre el campo y la autenticidad argentina encuentra su raigambre en el origen mítico del gaucho. Podemos trazar un vínculo con el modelo agroexportador que sin duda prevalece hoy en nuestra economía.

El agropecuario se autodefine como la “base del ser nacional”. El Gobierno hace hincapié en el “ser sectorial”. Lo que está en juego una vez más es el “ser economicus”. En ambas partes debe replantearse el encono hacia una postura radicalizada.

Es preciso ceder para ganar, morir al “yo individual” para que nazca el “yo colectivo”. Sólo de esa manera habrá SALVACIÓN para todos. La crisis de la República se habrá zanjeado y la noción de Nación dejará de ser bipolar para pasar a ser un identitario único.

Buenos Aires, 23 de Mayo de 2008.


Publicaciones:
Más que noticias. Periodismo Digital, http://www.masquenoticias.com.ar/modules.php?name=Sections&op=viewarticle&artid=1311624, 24/05/08
Crónica y Análisis, Periódico On Line,
http://www.cronicayanalisis.com.ar/otrasvoces.asp, 24/05/08
La Caja de Pandora de Malú Kikuchi,
http://www.lacajadepandoraonline.com/Notas2/42.html, 24/05/08
Agencia NOVA, Análisis,
http://www.novanoticias.com.ar/nota.asp?n=2008_5_26&id=51147&id_tiponota=3, 26/05/08
ElPais.com, La Comunidad,
http://lacomunidad.elpais.com/radiomiami-us/posts, 27/05/08
Revista La Tecla, Informe. Edición impresa Nro. 260. Jueves 29 de Mayo de 2008
http://www.latecla.info/v8/latecla/index.php?page=revistas.verrevista&id=261&id_nota=11724&phpsessid=mcp4sor5cji6r0q345ce6er712

domingo, 4 de mayo de 2008

Música. No Discursos






¡No hay nada más bello ni más agradable que ver a los hermanos
vivir juntos y en armonía!
Salmo 133:1


Podemos trazar un paralelo entre la pasividad, el exceso de circunspección del Hamlet de Shakespeare y el Príncipe moderno de hoy, el Gobierno en el conflicto con el campo.

A diferencia de lo recomendado por Maquiavelo, en medio de lo azaroso, lo incierto y contingente, el Príncipe no actúa. ¿Por qué? Sin duda, el espíritu de Hamlet se vio atravesado por la impotencia. Quizás enfrentar la muerte de su padre era una misión demasiado pesada para él. Se le podría atribuir a esa ineptitud un exceso de sensibilidad, de escepticismo, incluso de actividad intelectual. Sin embargo Nietzsche analiza la vacilación en el personaje principal asociándola al carácter atroz de la verdad.

En ciertas ocasiones enfrentarse a la verdad produce parálisis. Para Hamlet actuar significaba asesinar a una persona, su tío Claudio, rey y marido de su madre. Encerraba en sí un dilema doble. Por un lado, no puede incumplir el mandato de su padre de vengar su muerte. Vive en un mundo atravesado por la “moral de la honra”, la “ética de la venganza”. Pero, por el otro, no puede acatar esa orden atroz porque lo convertiría en aquello que quiere destruir: un criminal. Esa es la tragedia de Hamlet.

La tragedia es un instrumento útil para pensar la política bajo un mismo paraguas que alberga conflicto y fragilidad. Un mismo escenario que enfrenta valores y acción. Las decisiones del Príncipe oscilan bajo el péndulo de la fortuna y la virtud. De la fortuna sólo dependen la mitad de nuestras acciones, a nosotros nos queda dirigir la otra mitad. Para Maquiavelo el problema es dilucidar a cuál acogerse conforme a las circunstancias. Hay tiempos que reclaman prudencia y circunspección; otros que exigen audacia y ferocidad. La imposibilidad de trazar reglas infalibles es justamente lo que torna a la política en un arte incierto y temerario en términos maquiavélicos. Una de sus frases más conocidas reza que ante la duda “es mejor ser atrevido que circunspecto, porque la fortuna es mujer y, para tenerla dominada, es preciso tratarla sin miramientos, demostrando la experiencia que la vence quien la obliga, no quien la respeta”. Así, el Príncipe ante lo desconocido debe actuar, tomar el toro por las astas, desafiar a la fortuna sometiéndola. He aquí el carácter trágico de la política. Aún haciendo uso de la virtud (no designando precisamente un valor moral sino mas bien una capacidad para lidiar con el destino), el margen de error puede existir. La “otra mitad” de las acciones se encuentran bajo los dominios de la fortuna.

Ahora bien, ¿qué le sucede al Príncipe de hoy? ¿Por qué la inacción del Gobierno frente al conflicto con el campo? ¿Bajo qué lenguaje debemos decodificar las señales de “avances en las negociaciones”?

La política como tal existe porque las palabras no tienen significados únicos. De hecho el conflicto medular en Hamlet pasa por resignificar el crimen de su padre.

Una de las diferencias sustanciales entre la tragedia antigua en autores como Esquilo y Sófocles con la tragedia ática, cómica o nueva shakespeareana es el pasaje entre el uso de la música al uso de las palabras. En la antigüedad el coro cobraba un papel protagónico. No representaba a una multitud sino a un enorme individuo. La música coral unísona de los griegos ofrecía una impronta especial que guiaba el lenguaje y el gesto en el escenario. Más tarde, la dialéctica se impondría a la melodía. Lo esencial para la comedia ática sería la presencia de intrigas bajo el foco del drama y la acción. Ya no se apreciaría el “arte total”: la hermandad entre poesía y arte musical, sencillez y riqueza en la expresión rítmica. Se observaría todo por separado.

El pasaje de la música a las palabras; de la unicidad a la multiplicidad de apreciaciones da cuenta de la efectividad en cada una de ellas. La música puede trocar pasión por compasión. La palabra sólo puede hacerlo con rodeos. Para Nietzsche “…la palabra actúa primero sobre el mundo conceptual, y sólo a partir de él lo hace el sentimiento… En cambio, la música toca directamente el corazón, puesto que es el verdadero lenguaje universal que en todas partes de comprende”.

Cuando hablamos de música nos referimos a la pluralidad de sonidos que se aprecian como un todo homogéneo: una melodía. Los discursos hirientes de ambas partes, tanto Gobierno como campo llevan el grado de desacuerdo a una escalada tal que es imposible decodificar una cosmovisión universal que ponga fin al desentendimiento mutuo. Así como el coro de la tragedia antigua griega sonaba como un enorme hombre, de esa forma es como debería conciliarse una solución al enfrentamiento retrógrado. No se trata de “un sector” sino de un modelo de crecimiento económico necesario para todos los argentinos. Estigmatizar al campo como un símbolo de corporativismo que brega por sus intereses habla de un profundo grado de irracionalidad política.

En otro orden la inacción hamletiana colocan al Gobierno en el pedestal que indica no estar a la altura de las circunstancias. ¿Será que la inoperancia esconde el temor a deslegitimar su mandato?

Buenos Aires, 4 de Mayo de 2008.


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domingo, 20 de abril de 2008

Cuando la omisión se torna en comisión






Creó al hombre y a la mujer, y les dio esta bendición:
Quiero que llenen la tierra y la pongan bajo su dominio.
Génesis 1:27-28



Dios nos entregó la tierra para que hagamos posesión de ella. Esa dación implica cuidado, no destrucción. Juan Pablo II expresó en la Jornada Mundial de la Paz (1/01/90): "La crisis ecológica es un problema moral".

Lo cierto es que nuestro país en términos jurídicos incorporó con la reforma de 1994 uno de los derechos de tercera generación: el ambiental. El Art. 41 reza: "Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley. Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación ambientales".

Ahora bien, ¿frente a qué fenómeno nos encontramos a la hora de determinar responsabilidades por la constante emisión de humo? Organizaciones ecologistas de Rosario y Paraná aseveran que el avance de la soja ha desplazado pasturas y la zona de islas del Delta del Paraná se ha convertido en una región ganadera. Se afirma además que en el caso de Entre Ríos, el mismo Gobierno contribuyó a modificar el uso de humedales a través de la promoción del Régimen de Arrendamiento de Islas Fiscales sin medir el impacto ambiental. En diciembre de 2004 la Cámara de Diputados provincial sanciona la Ley 9603. El Art. 4 prescribe: "Los predios arrendados deberán destinarse al desarrollo de actividades ganaderas, apícolas y/o aquellos propios de proyectos de inversión para la prestación de servicios turísticos quedando prohibido el uso para la explotación agrícola intensiva que requiera la aplicación de agroquímicos o plaguicidas".

Por su parte la Ley provincial 9291 determina pautas para la quema. El Art. 14 expresa: "La destrucción de vegetación en terrenos rurales mediante el uso del fuego, sólo podrá hacerse en forma de Quemas Controladas, de acuerdo a las condiciones y requisitos establecidos en el Plan de Quema o Calendario Anual que establecerá la Autoridad de Aplicación…" y el Art. 15 reza: "Únicamente se podrá hacer uso del fuego en terrenos rurales mediante quemas controladas cuando se persiga… eliminación de residuos forestales; eliminación de rastrojos; limpieza de terrenos agrícolas o ganaderos con material leñoso para destinarlos a cultivos agropecuarios o forestales; eliminación de cualquier vegetación cuando se trate de construir, limpiar vías de comunicación, canales, cercas divisorias, etc.; limpieza de terrenos forestales que deben habilitarse para cultivos agropecuarios con fines silviculturales; control de enfermedades plagas; erradicación de especies consideradas perjudiciales". Pese a ello la situación es diversa en la zona de islas fiscales. Por contratos suscriptos entre la provincia de Entre Ríos y los arrendatarios está expresamente prohibido el desmonte, tala o quema de pastizales y todo tipo de forestación.

El interrogante surge a la hora de establecer responsables. ¿No deberían las autoridades detectar quiénes son los negligentes para rescindirles el contrato? Existen sin duda responsabilidades compartidas entre el concesionario de la autopista por la mala prestación del servicio, el Gobierno de Entre Ríos por la falta de control sobre el uso del fuego en las islas y el arrendatario del campo por las prácticas prohibidas.

Entre las propuestas de las organizaciones ecologistas está aquella que brega por una reformulación integral del proceso de arrendamiento de islas públicas en Entre Ríos a los fines de evaluar el potencial impacto ambiental conforme lo regula la Ley General del Ambiente Nº 25675. Además se busca la recategorización a nivel provincial de la zona de humedales actualmente declarada área natural protegida por ordenanza municipal de Victoria. La Ley provincial 8967 la define en su Art. 2 como "…todo espacio físico que siendo de interés científico, educativo y cultural por sus bellezas paisajísticas y sus riquezas de fauna y flora autóctonas, son objeto de especial protección y conservación, limitándose la libre intervención humana a fin de asegurar la existencia de sus elementos naturales a perpetuidad". El proyecto de ley de la Cámara entrerriana prevé dicha medida a los fines de incorporar ese ecosistema al Sistema Nacional de Áreas Protegidas por la Ley 22351.

Es preciso de todas maneras mirar cada una de las caras del prisma. La Presidenta ha dicho: "Los 297 focos son intencionales". Algunos testimonios de propietarios aseveran que ni siquiera conocen sus campos y que se trata de tierras heredadas. ¿Puede un Gobierno pensar en la mala fe? ¿Puede obrar de mala fe?

Aún no se establecieron quiénes son los responsables pero existe sin lugar a dudas una responsabilidad esencial del Estado: la vigilancia. Controlar, por el hecho de ser el mismo poder de policía constituye un rol ineludible de la Administración Pública como lo es el de velar por el bienestar general de la ciudadanía. Excusarse en la negligencia de un tercero habla de la inoperancia del funcionariado público.

Un ejemplo a tomar en cuenta es la Ley de Responsabilidad Medioambiental de España sancionada en octubre de 2007. Allí se determina la obligación de los operadores en prevenir, evitar y reparar los daños medioambientales, según lo establece el artículo 45 de la Constitución de ese país, consagrando el principio "quien contamina repara", en línea con la Directiva 2004/35/CE del Parlamento Europeo. El operador es toda persona física o jurídica, pública o privada, que desempeña una actividad económica o profesional o que la controla o tiene un poder determinante sobre su funcionamiento técnico.

En nuestro Derecho la relación Estado y protección ambiental se encuentra normada en el Preámbulo de la Constitución Argentina al mencionar "promover el bienestar general", en el Art. 41, en las atribuciones otorgadas al Congreso Nacional y en las normas constitucionales provinciales.

El punto clave es cómo se ejercen los cargos o empleos públicos. En muchos casos con total irresponsabilidad e impericia. La Carta Magna prescribe en su Art. 16 la idoneidad. Con lo cual el accionar irregular de algunos funcionarios y el daño que causan en su consecuencia, no está exento de responsabilidad. Así el Código Civil en el Art. 1112 expresamente regula la responsabilidad: "Los hechos y las omisiones de los funcionarios en el ejercicio de sus funciones, por no cumplir sino de una manera irregular las obligaciones legales que les están impuestas, son comprendidos en las disposiciones de este título". Hablamos de la responsabilidad civil derivada de los actos ilícitos que no son delitos cuando se encuentra ausente el dolo o intención. Existe la obligación de resarcir el daño, de indemnizarlo. Esta norma es aplicable también a los funcionarios públicos. Amén de ello deberá soportar mayores consecuencias quien tenga un mayor deber de obrar con prudencia y pleno conocimiento de las cosas conforme al Art. 902 Cód. Civ.

Cuando hablamos de cumplir de manera irregular una función como es la de controlar, nos enfrentamos a una responsabilidad del Estado por hechos omisivos. Se trata de ciertos hechos que adolecen de la acción debida cuando las circunstancias lo requieren. El Estado omitió llevar a cabo lo que el deber jurídico le imponía.

Marienhoff explica al abordar la responsabilidad del Estado la necesidad de recurrir a normas analógicas, principios generales del derecho y contenidos del derecho privado frente al vacío de normas en el derecho público. En este sentido, el Art. 1074 Cód. Civ. menciona la responsabilidad por omisión en tanto exista una disposición de la ley que le imponga la obligación de cumplir el hecho omitido. Sin embargo dicho autor amplía el campo de responsabilidad. No sólo es responsable cuando se atenta contra lo que prescribe la ley, sino cuando existe obligación jurídica de obrar. Esa obligación ya no la consagra únicamente la ley sino la misma razón. Son aquellas normas morales, principios éticos que justamente NO esperan del gobernante una lavada de manos al estilo Poncio Pilato, sino por el contrario, un compromiso y responsabilidad aún mayor por el hecho de dirigir los destinos de una Nación.

Ya no se trata de la mera cuestión fáctica del humo sino de la esencia misma sobre la cual descansa la MORAL PÚBLICA. Allí se asienta el enorme edificio de la República. La responsabilidad de los funcionarios hace, en este orden, al ley motiv del sistema republicano por estar obligados a servir al pueblo que los ha elegido o indirectamente nombrado; cuánto más si su mantenimiento corre a costas de la comunidad en su conjunto. En este sentido es inadmisible que la noción de servicio activo se trastrueque por la de omisión activa. Aquí la omisión se torna en comisión.

Todos, absolutamente todos, debemos velar por un ambiente sano con una ética ciudadana en mayúsculas que responsabilice tanto a gobernantes como a gobernados.

Buenos Aires, 20 de Abril de 2008.





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domingo, 13 de abril de 2008

¿Es posible hacer política sin dinero?






No hagas de las riquezas tu única meta en la vida, pues son como las águilas;
abren las alas y salen volando.
Proverbios 23:4-5



El entramado de relaciones que atraviesa hoy el tejido político da cuenta de la dificultad a la hora de establecer definiciones claras.

El Malestar en la Cultura de Sigmund Freud (1856-1939), plantea que en toda comunidad humanitaria y en toda cultura existen vínculos libidinosos que la conforman y sostienen. Vínculos de amor que reprimen los instintos de muerte y destrucción de las personas. La cultura tiene la capacidad de establecer conceptos que señalan determinados parámetros esperados de acción en los individuos. En cierta manera tiene también la osadía de construir al “otro” como un tercero ajeno al campo propio. Ese alter puede traducirse en inimicus. El “afuera” determina el marco de lo que está “adentro”. Esto se resume en la continua creación de enemigos externos.

A su vez podemos decir que esos vínculos son los necesarios para la consolidación de un gobierno. Ahora bien, ¿qué sucede cuando la construcción de lazos libidinosos hacia adentro y destructivos hacia fuera se monta en pos del dinero? ¿Qué impacto tiene en la política el rol decisivo de acumular dinero independientemente de los fines? La pregunta encierra varios pareceres, el hecho es determinar cuáles son los medios utilizados en pos de tal empresa.

La concentración de poder en ciertas ocasiones es funcional a la concentración monetaria. ¿Qué resultados puede generar la conservación desmesurada de hegemonía a los fines de acrecentar recursos materiales? Por más que la prosecución de determinados fines sea en sí misma una tarea loable es preciso indagar en los medios. ¿Es realmente más lo que se gana que aquello que se pierde?

Se corrompe la esencia de la política cuando el dinero la atraviesa en todos sus frentes arrasando con sus agentes imbuidos de lógicas perversas. ¿Qué pues orienta al actor en su accionar?

Max Weber (1864-1920) establece tres tipos ideales de acción que los traduce en tipologías de orden social. Entre ellos aborda la acción racional con arreglo a fines donde detrás existe la noción de calculabilidad a partir de la acumulación. El ingreso a la modernidad se caracteriza por la presencia de una racionalización creciente. Nace un nuevo sector social: el funcionariado. Un nuevo fenómeno se instituye como forma de dominación social estable y legal: la burocracia. Basada en normas, criterios técnicos de eficiencia y mecanismos propios se erige a sí misma como un tipo de saber que da poder. Supone un saber especializado que se negocia en el mercado. El problema nace cuando esa burocracia adquiere para sí un modus operandi bajo una lógica funcional a su reproducción que logra con éxito desplazar a la política. Estamos en presencia de una jaula de hierro traducida en dominación burocrático-legal. El elemento subjetivo cual es la creencia en la legitimidad del orden y el objetivo, la presencia de burocracia y normas positivas constituyen el andamiaje de esta gran jaula de hierro. Dominadores y dominados. El dinero es simplemente un instrumento en la política. Cuando es el instrumento de la política indudablemente la maquinaria nociva del poder acaparó la escena. El juego de lealtades e influencias opera en el campo de lo simbólico materializándose en dependencias recíprocas y pactos oscuros.

Los subsidios pueden ser leídos como una más de las tantas caras del prisma aglutinador de poder. Construir normas paralelas alejadas de las constitucionales que asignen otra explicación al elevado porcentaje confiscatorio de las retenciones sin duda ofrece un espacio considerable para la reflexión. Aquí es donde la política debe ser revitalizada para que opere el pasaje de la acción racional con arreglos a fines a una acción con arreglo a valores. Principios que dejen de lado prácticas tradicionales de aglutinamiento de poder económico para fines personales. Desgraciadamente se corroe la esencia pura de la política. Aquel arte del beneficio al prójimo. Los agentes que operan en dicha red de poder son discapacitados en términos cívicos.

Podemos ver a intendentes y gobernadores atrapados en una lógica que operacionaliza la noción “dinero”. Los estados provinciales, ¿se conducen bajo la acción deseada o bajo la acción esperada? Claro que el manejo de los fondos que centraliza el Estado Nacional coloca al minusválido Interior en una dependencia constante. Debe actuar conforme a lo solicitado traicionando quizás su lealtad con el genuino soberano: el pueblo. Allí triunfa la acción racional con arreglo a fines por encima de la acción racional con arreglo a valores.

¿Se trata entonces de indagar dónde está el nido de corrupción? Indudablemente el hombre ha puesto su corazón en las riquezas de este mundo olvidando que lo más importantes es invisible a los ojos: aquello que no perece.

Buenos Aires, 13 de Abril de 2008.


Publicaciones:
Nuevo Encuentro, http://www.nuevoencuentro.com/modules.php?name=News&file=article&sid=5730, 14/04/08
Agencia NOVA, Análisis,
http://www.agencianova.com/nota.asp?n=2008_4_15&id=49870&id_tiponota=3, 15/04/08
Diario UNO de Mendoza, Opinión. Edición impresa. Domingo 4 de Mayo de 2008
http://edimpresa.diariouno.net.ar/2008/05/04/nota179971.html

domingo, 6 de abril de 2008

La unión hace a la fuerza




Vivan siempre en armonía. Y no sean orgullosos, sino traten como iguales a la gente humilde. No se crean más inteligentes que los demás.
Romanos 12:16



Cuenta la historia que un burro se cayó a un pozo. Estuvo llorando incansablemente por horas. Su dueño intentó por todos los medios sacarlo pero finalmente pensó que el animal estaba viejo y el pozo seco. Fue entonces que decidió dejarlo allí. Invitó a sus vecinos para que lo ayudasen a arrojar tierra. Cada uno tomó una pala y comenzó a tapar el pozo. El burro al darse cuenta se desesperó y hubo un largo silencio. El dueño del animal miró al fondo del pozo y se asombró. Con cada palada, el burro se sacudía y pisaba la tierra. Así llegó hasta la superficie, pasó por encima del borde y salió trotando.

El burro es el prototipo del campo. Utilizó la misma tierra que ara día a día para elevarse y posicionarse mucho más allá de la mediocre visión gubernamental. El burro se unió a la tierra, el hombre de campo también. Demostró que la UNIDAD podía hacer frente a la tradicional receta maquiavélica que reza: “Divide y reinarás”. El punto cúlmine en las negociaciones encontró a un campo que resistió firme en sus convicciones no obstante acató el pedido de suspensión del paro. En tanto el Gobierno se ancló en la continuidad del modus operandi subsidiando.

Un subsidio en términos económicos no es nada más que una mera compensación. Se compensa algo cuando existe una pérdida o desventaja a la hora de llevar a cabo una transacción. Aquí nos encontramos con una profunda paradoja. La desventaja, ¿es genuina o creada por un tercero? Sin duda el productor ha demostrado en estos últimos años que el crecimiento del sector va viento en popa. Entonces por qué plagarlo de subsidios ficticios. La lógica perversa de quitar a través de las retenciones para luego asignar conforme a patrones burocráticos lleva en sí misma una calificación lastimosa para el campo. Se lo convierte en parásito. Aquella garrapata que se alimenta de un cuerpo ajeno en un punto revienta. Solo que en este caso el alimento lo genera el mismo campo. A una sociedad parasitaria le quitaron su dignidad, su orgullo de vivir con sus propios recursos y no de subsidios.

Afortunadamente, esta vez el hastío se topó con un campesinado sin vendas en los ojos que supo decirle “basta” a la expropiación de la renta.

El quid de la cuestión pasa por responder con qué recursos se hace política, a costa de quiénes y bajo qué lemas. Embanderarse con ideologías perimidas y legitimar políticas en pos de hacerse de fondos denota un fuerte saqueo a la noción de servicio al prójimo. ¿Por qué llevar al pequeño y mediano productor al nivel de mendigo político? ¿Por qué devolverles algo propio? ¿Por qué se anunciaron las retenciones móviles en medio de una cosecha?

Es fundamental que el Estado ocupe su rol de conciliador y equilibrador en los distintos intereses sociales. El problema surge cuando se propone metas no teniendo en cuenta los medios y, lo que es peor, tergiversando destinatarios. En los discursos son los más necesitados, pero en los hechos son los cautivos del sistema clientelar.

A este cautiverio el campo le puso plazo: treinta días. Este actor sustancial dio una profunda lección a todos. Se sirvió de las políticas erradas, de las palabras dadas para ser humillado y salió trotando. Usó la tierra y pasó de victimario a víctima. Usó la tierra y despojó su corazón del odio. Suspendió el paro y dijo sí al diálogo, al consenso. Dio más de lo que recibió.

Es tiempo que todos usemos esa tierra. El Gobierno debe aprovecharla. En estos años de bonanza económica hay que incentivar al crecimiento; no palearlo.

Es preciso “sacudirse la tierra” para crear soluciones, no problemas. Aprendamos del burro y salgamos del pozo de las pequeñeces. Pensemos en armonía y sin desigualdad, con generosidad y sin avaricia. La Patria a lo grande se forja con la tierra no contra la tierra. Porque no es un sector. Somos todos.

Buenos Aires, 6 de Abril de 2008.


Gretel Ledo
Nueva Generación Moral

Publicaciones:

Agencia NOVA, Análisis, http://www.agencianova.com/nota.asp?n=2008_4_8&id=49658&id_tiponota=3, 8/04/08
Diario 7,
http://www.diario7.com.ar/nota_completa.php?id=6610, 9/04/08

Nuevo Encuentro, http://www.nuevoencuentro.com/modules.php?name=News&file=article&sid=5614, 7/04/08

Audio. Radio en vivo

PRISMA AM 770. Conducción: Jorge Victorero. Tema: Análisis de Política Nacional. 15-06-12 El Mirador de Cadena ECO AM 1220. Conducción: Alvaro Norro. Tema: ESTATIZACION DE YPF. Repercusiones en Europa. 07-05-12 ALGO POSITIVO AM 820. Conducción: Jorge Victorero. Tema: Energía Nuclear, Votación en los EEUU, China, Presupuesto 2009, Juicio Político a De Vido. 29-09-08 LQP AM 1220.Conducción: Yayo Hourmilougue. Tema: Reunión de Cobos con la Oposición. 24-09-08 ALGO POSITIVO AM 820. Conducción: Jorge Victorero. Tema: Proyecto de Cielos Abiertos. 11-08-08 ALGO POSITIVO AM 820. Conducción: Jorge Victorero. Tema: Rol del Congreso en relación a la reestatización de las aerolíneas y la movilidad jubilatoria. 4-08-08 ALGO POSITIVO AM 820. Conducción: Jorge Victorero. Tema: Retenciones. Promoción de producción lechera. 23-06-08 ALGO POSITIVO AM 820. Conducción: Jorge Victorero. Tema: Ley Martínez Raymonda. Sistema de cobro de las retenciones. 9-06-08 A LA LUZ DEL DIA FM 89.1. Conducción: Edgardo Aronín. Tema: Análisis del artículo “Privatismo Público y Privado”. 28-05-08 PRISMA. Varias caras de una misma realidad. AM 770 Conducción: Jorge Victorero. Tema: Imagen del Gobierno frente al conflicto con el campo. 28-05-08 Radio Internacional Miami. Conducción: Lic. Agustín Rangugni en www.radiomiami.us Tema: Análisis de la coyuntura nacional. 28-05-08 La Quinta Pata. AM 1220 Cadena Eco. Conducción: Yayo Hourmilougue. Tema: Análisis del artículo “Música. No Discursos”. 5-05-08